Escena

17.3.19



Su cuerpo desnudo derramado en la cama de sábanas perfumadas y su cabeza sumergida bajo la almohada de plumas de ganso, perfilado por la perfecta luz de la mañana que luminosa se colaba por las vidrieras. Todo parecía un sueño menos el crimen que era real.



2 apostillas:

Albada Dos dijo...

Ese crimen era la nota disonante de una escena preciosa. Muy bueno

Un abrazo

Joselu dijo...

No sabía que había sábanas perfumadas y almohadas de plumas de ganso. ¡Qué sofisticación! Uno piensa en una novela de Chandler o en una escena del modernismo descrita por Rubén Darío. Un buen cuento.