En el ascensor

10.2.09


—¿Viene del mercado doña Carmen?
—Sí hijo y cada día todo está más caro.
—Así es doña Carmen.
—Por cierto, hijo, tengo que decirte que Cervantes fue un cobarde.
—No doña Carmen, ya se lo he explicado otras veces.
—Un hombre de su talento arremete contra los cuatro locos que soñaban con aventuras y es incapaz de despellejar al Santo Oficio.
—Ya se lo dije, trabajaba para el rey recaudando impuestos.
—Por eso; era un vendido.
—Que no doña Carmen, también su mujer iba al mercado como usted a llenar la cesta de la compra.
—Me he leído su tesis doctoral y no me convence.
—Ah, yo ya he llegado. Adiós doña Carmen.
—Anda tome esta zanahoria, hijo. Tiene mucha vitamina igual se le aclaran las ideas.




*Toda la vida es un ayer
y todo encuentro es una pérdida.

5 apostillas:

M. Domínguez Senra dijo...

Joder, ¿por qué nunca me habré encontrado yo nunca nadie que me hable en el ascensor de Cervantes? Como mucho me han hablado de Marx (Groucho, por supuesto).

Anónimo dijo...

reí en el trabajo mientras leia tu blog.
muy bello, llegué vagando por internet.
saludos
Crisálida.

Joselu dijo...

Ah, estas abuelitas cortazarianas... Sólo falta que salga Morelli como narrador.

Lita dijo...

Jajajaj!! me llamó la atención el nombre de tu blog, muy interesante!
Que caray con las abuelitas! tan sabias siempre, creo que iré al mercado por zanahorias.

3'14 dijo...

Si es que las zanahorias son muy ricas en vitaminas, sobretodo crudas.

Demoledora la frase que sigue en cursiva al asterisco... :|