«Más de mil millones de humanos navegan ya por Internet», leo en un titular que me deja perplejo. Uno de cada seis habitantes del planeta entran a la red y la cuestión promete enmarañarse aún más.
Retengo en mi memoria, desde hace años, la emoción que sentí la primera vez que navegué por Internet: una sensación entre vertiginosa y apasionante. Estar conectado al resto del mundo me pareció una experiencia impensada. Ahora, en cambio, la humanidad lo usa como un gesto cotidiano.
*Sirva de homenaje el título de este 'post' a la radio de la 'blogosfera'.
8 apostillas:
Yo me conectaba en el año 1986 y ss. a un host de Alemania y otro de California, con el servicio X28 de la Telefónica y un módem externo que iba a 1200 baudios y era el más rápido de Cataluña (normalmente la gente tenía como mucho uno de 300 baudios).
El año 1991 creo que fue me envió un correo-e (el primero de mi vida), Lluïsa Amat, que estaba en el Institut d'Estadística de Catalunya. La leche, de verdad.
gesto cotidiano que permite que te conozca y te quiera, mil besos
Empieza a ser peligroso a mi entender, confuso, triste, te puedo decir "animo" y no he visto tu cara, ni la veré nunca... me puede gustar lo que escribes y empatizo contigo, ahora no sé como se llama mi vecino y hasta creo que no me interesa.
Esta de lejos y te pierdes de cerca, te puedo engañar más no importa en el fondo nada importa, frio, frio y más frio.
Hacia donde vamos y lo mejor quienes somos ahora que somos tantos y somos todos.
Disculpen tengo una mala mañana.
Tanto que, de aquí a poco, nos harán el carnet de internetidad. Sufrí el mismo pasmo global y enciclopédico que tú, esa primera vez. Supe que estaba en todo el mundo casi al mismo tiempo. El aleph de Borges se había hecho realidad.
Yo no recuerdo la primera vez que me conecte, pero debio ser acompañado de mi papá y en una cabina publica (cyber cafes que les dicen algunos, solo que aca sin cafe.)Siempre he tenido al curiosidad morbosa de ver como seria el mundo si de pronto se cae toda la red. Creo que seria algo parecido a lo contado en "Ensayo sobre la ceguera"
Y yo no me he encontrado con tantos...! Hoy la tecnología se transforma a una velocidad de vértigo. Lástima que la sociedad no sea capaz de hacer lo mismo. Besos, querido amigo.
Fue en 1996 cuando me conecté por primera vez a internet en un cursillo de la Generalitat. Meses después conseguía configurar mi ordenador en casa y en el momento que empecé a navegar exclamé: ¡Soy internauta! Fue un momento sumamente emocionante, pero cada día en que leo blogs o escribo, lo sigo viendo y considerando con la misma visión maravillada.
Internet me fascina. Y me acojona. A menudo pienso que nos está alejando la distancia. Lo que apuntaba Aledia (simpatizar con un madagascareño a tropocientos mil kilómetros y no conocer a mi vecino) es aterrador.
Publicar un comentario