Demócrito de Simplicio expresó que los átomos «se mueven en el vacío infinito, separados unos de otros y diferentes entre sí en figuras, tamaños, posición y orden; al sorprenderse unos a otros colisionan y algunos son expulsados mediante sacudidas al azar en cualquier dirección, mientras que otros, entrelazándose mutuamente en consonancia con la congruencia de sus figuras, tamaños, posiciones y ordenamientos, se mantienen unidos y así originan el nacimiento de los cuerpos compuestos».
Miramos a las estrellas y nos sentimos perdidos. Si pidiéramos asomarnos al abismo del átomo nos sentiríamos angustiados.
5 apostillas:
Más que angustiados, creo que nos quedaríamos maravillados por la complejidad de la materia y ser conscientes de que ésta está vacía; su aparente consistencia es pura ilusión como intuyó el budismo al idear el concepto de vacío y de ilusión de todo lo visible y de todo fenómeno psíquico.
Muchas gracias por tu comentario ^___^ ha sido muy especial.
La descripción de Demócrito de Simplicio me recuerda a la de una clase de 3º de ESO, por ejemplo... ¿Podrá existir algo más perturbador y desafiante?
¡Qué polisemia tan grande!...
qué raso que vuelan los filosofos por aquí!!
No hay dónde mirar...
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