Igual que quien entra en un descomunal zoco abigarrado y se pierde entre su infinitud de artículos a la busca de interesantes hallazgos, el conocimiento se derrama hoy por Internet a la espera de ser encontrado. Perderse por sus miles de vericuetos mientras se indaga un saber que nos complete como humanos, es una aventura dionisiaca que nos hace casi imperecederos al transitar por ese laberinto de pensamientos reflejados.
Greguería
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Las montañas se movieron y su fe en los movimientos tectónicos fue
profunda.
Hace 16 horas
2 apostillas:
Sucede que en la red encuentras a veces ecos del conocimiento con mayúscula como ayer que enlacé uno de mis blogs preferidos y hallé una semblanza del novelista alemán Robert Walser http://fmaesteban.blogspot.com/. Lo desconocía, y este modesto blog me abrió a su mundo y a su biografía atípica. Me despertó un deseo incontenible de leer alguna obra suya. Es colosal la riqueza depositada en la red a la espera de encontrar lectores predispuestos a aprender.
No se derrama. Si así fuera, llovería saber y entendimiento. Las cosas valiosas hay que buscarlas.
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