Areteo de Capadocia, en su obra De curatione diuturnorum morborum, escribió que la melancolía es «una alteración apirética del ánimo que está siempre frío y adherido a un mismo pensamiento, inclinado a la tristeza y a la pesadumbre».
Bajo esa sintomatología se encuentra buena parte de la sociedad occidental. La opulencia y el bienestar, suelen con frecuencia, descuidar la alimentación mental hasta debilitarla.
2 apostillas:
Se ve a diario:
Gimnasios de lo físico repletos hasta los topes, sin plazas libres.
Gimnasios de lo mental (léase, por ejemplo, bibliotecas) pisadas sólo por los estudiantillos del tres al cuarto y un par de viejetes canosos.
Triste, pero real.
Es curioso porque cuando viajas por países del mundo llamado tercero, la risa es mucho más frecuente y habitual. Siempre se está dispuesto a troncharse de risa en cualquier momento y en cualquier lugar. África es el continente de la risa a pesar de sus carencias y terribles condiciones. Occidente, en cambio, es el territorio de la depresión o de la falta de autoestima. Es como si la opulencia nos llevará a ese estado melancólico del que hablaba Areteo de Capadocia.
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