Mostrando entradas con la etiqueta utopía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta utopía. Mostrar todas las entradas

Reajustes

27.7.22



Toda utopía es razonablemente necesaria e injustamente prescindible.




Atribulados

26.6.21



Te vas hacia adelante y es utopía; miras hacia atrás y son recuerdos. El ahora es un páramo desolado.



Viaje interestelar

16.4.20



No sé si el tiempo pasa muy deprisa o muy despacio, si esto es la anticipación del cielo o del infierno, o es un viaje a una existencia que nos lleve a realizar todo lo que imaginamos que podría ser mejor, o solo el reglón seguido tras la pausa de, otra vez, la vida deteriorada que dejamos parada. 

Quizás nos hallamos dado cuenta de cuantas cosas superfluas e innecesarias acometimos y que nos quitan el tiempo tan necesario para entregarlo a los demás o a una parte de nosotros a la que tratamos malamente. 

¿Estamos en la búsqueda del planeta utopía al que debemos llegar con la energía de los sueños?

Distópicos

10.2.17


Fue mi ceremonia iniciática. Ahora no recuerdo qué se reivindicaba pero quedamos a las diez de la noche para pegar unos carteles que protestaban contra algo injusto o por algo revolucionario. Cambiar el mundo significaba entonces acabar con los viejas verdades dogmáticas y levantar la bandera de la libertad. Enterrar el viejo régimen y construir una nueva sociedad más fraternal e igualitaria.

Aquella noche, mientras colocábamos en las paredes de un casaron antiguo y señorial los carteles, un hombre de tieso bigote y pelo plateado, salió gritando al balcón, haciendo aspavientos para que nos alejáramos y empuñando una pistola nos amenazó.

Hasta que él, le gritó: «cállate ya, grillo de medianoche». Y nos largamos de allí para seguir la conquista de los días.

Hoy, cuando la noche oscura del tiempo nos ha cubierto con su manto, me vuelvo a encontrar con él y se sonríe, emocionado, cuando le menciono la anécdota. Recuerda que fueron buenos tiempos y escupe al suelo para hablar de su desenlace en este presente, cuando el pragmatismo ha vencido a la sangre jacobina y a las ganas de utopía.