—La mayor parte de nuestras desgracias resultan más soportables que los comentarios que de ellas hacen nuestros amigos.
—Señor Colton, por qué reniega.
—Las personas luchan y se afanan por la religión; discuten por ella, combaten por ella, mueren por ella; todo lo hacen... menos vivir ajustándose a ella.
—Eso es muy propio de algunas prácticas cristianas. Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
—Siempre es saludable el aprender, aunque sea de nuestros enemigos; rara vez es seguro el aventurarse a instruir, aunque sea a nuestros amigos.
—Parece contradictorio.
—El ser humano es una paradoja hecha carne, un manojo de contradicciones.
—El error forma parte de nuestro aprendizaje.
—La ignorancia es una página en blanco sobre la que podemos escribir; el error, por el contrario, es una página ya garabateada que primeramente hay que borrar.
—Eso es lo que intentan borrarnos.
—Un poder situado por encima de toda responsabilidad humana debe estar fuera del alcance de todo ser humano.
—Y usted qué aconseja.
—Pedimos consejos, pero deseamos nos den la aprobación.
—O el aplauso.
—El aplauso es el acicate de los ánimos nobles y la meta y fin de los débiles.
—¿Y el plagio?
—La imitación es la forma más sincera de la adulación.
—Y sopesar entre el conocimiento y el reconocimiento.
—Si quieres ser conocido y no conocer, entiérrate en un pueblo; si quieres conocer y no ser conocido, vive en una ciudad.
—Enterrarme en la invisibilidad es lo que prefiero.
—Hasta que no estés muerto no esperes alabanzas sin mezcla de envidia.