A veces sueño con cosas imposibles. No importa que no sean ciertas, bastan con que me sostengan en mitad de la cotidiana rutina, porque esos sueños inventan una fisura en el tiempo, un respiro para recordar que aún puede imaginar. Lo imposible cumple una función secreta que no es otra que la de mantenernos despiertos, ya que mientras la razón mide lo alcanzable, el sueño nos concede una leve fuga, un instante sin peso, en esos días en que la vida se vuelve demasiado real, y solo lo inasible nos devuelve la esperanza. A veces no soñamos para realizar los sueños sino para alivianar el peso de existir.
Poderosos necios
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Hombres necios que acusáis, al pobre y humillado sin razón, sin ver que
sois la ocasión del dolor y el odio que sembráis.
Hace 16 horas
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2 apostillas:
Me alegro que en tus padecimientos haya fugas hacia lo inasible para hacer llevadero lo real, y me alegro de que la culpa, que no mencionas nunca, no ocupe un lugar en ello. Con ella la combinación es amedrentadora.
"No hay absolución para el hecho de vivir", que decía Cioran, para quien vivir es una sucesión de intentos de justificarse ante uno mismo, sin lograrlo nunca: " “La vida es una larga penitencia por un crimen que ignoramos”.
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