Caso cerrado

24.2.19



El detective investigaba una pérdida de memoria y siguió las huellas del olvido que lo condujeron hasta un recuerdo que no había pasado. Su pericia le hizo pensar que aquella memoria regresaría a corto plazo con una evocación diferente.



2 apostillas:

Albada Dos dijo...

Ser detective puede ser el guión para perderse.

Un abrazo

Joselu dijo...

No sé si entiendo muy bien este microcuento, pero lo que he leído es que los recuerdos pueden ser implantados y no ser reales. Los padres cuentan anécdotas de los hijos, más o menos ficticias, y las repiten, y los hijos no saben si esos recuerdos cuando los evocan son suyos o implantados.

Vi una película basada en un guion de Philip K. Dick en que los recuerdos eran implantados en sesiones a los clientes: unas vacaciones en la Polinesia ¿qué dejan sino unas imágenes que evocamos y con las que nos deleitamos una y otra vez? Pues la empresa te insertaba recuerdos como los reales. En cuanto conozcamos más el cerebro, esta hipétesis no será tan descabellada.

De hecho, toda nuestra vida no son sino una serie de imágenes, más o menos borrosas, que evocamos con frecuencia y que reconstruimos como un relato y, probablemente, no tengan nada que ver con la realidad que tuvo lugar. Todos nuestros recuerdos son realidades subjetivas, fácilmente manipulables si conocemos el funcionamiento del cerebro. El cerebro es el siguiente reto científico de nuestro tiempo.