Internet está rediseñando la forma de actuar de nuestro cerebro. Algunos expertos opinan que la mente de los cibernautas es más «rápida y automática» pero, a la vez, tiene un pensamiento menos profundo y riguroso. El escritor Nicholas Carr afirma que «estamos adoptando los mismos hábitos de pensamiento: distraídos, apurados y superficiales». Por otro lado, lo que ganamos en el adiestramiento espacio-visual lo perdemos en la capacidad de procesar un pensamiento más profundo y una mayor reflexión e imaginación.
Todo cambio conlleva sus contrapartidas. Baste recordar lo que significó la aparición de la imprenta para los copistas o la tradición oral, la fotografía para la pintura, el vídeo para el cine o la misma televisión para la radio.
Eliot, tuvo miedo a escribir poesía en la máquina de escribir, decía que aunque ayudaba a la lucidez dudaba que suscitara la sutileza. Vencido su miedo escribió en ese artilugio el poema 'La tierra baldía' que lo haría famoso.
8 apostillas:
Supongo que la avidez con la que se supone que consumimos la inmensa cantidad de posibilidades y productos que ofrecen las redes, hace suponer lo que Carr afirma.
Sin embargo yo pienso, que no es el medio lo que hace que nuestra mente discurra, distraída, apurada y superficialmente sobre lo que ve, sino la predisposición, las circunstancias y sobre todo y ante el interés que suscite lo que sea que tengamos ante nuestros ojos.
Uno puede ojear distraída y superficialmente un libro, de la misma manera que concentrarse y zambullirse en las profundidades de cualquier texto que se disfrute en la red.
Lo importante, no es el medio que usemos, lo esencial es lo que sea que disfrutamos.
Vamos, que mi mente funciona igual de distraída o concentrada, ante un folio, que ante una pantalla.
¡¡Buuuufff!! lo siento, vaya rollo te he soltado:-)
Muchos besos y feliz noche
Pienso que tiene mucha razón Nicholas Carr. Cada vez somos profundos, ignoro la razón. Sólo hay que ver la expresión de algunas personas mayores (no todas por supuesto). Tienen una dimensión y una dignidad por todo lo pasado y vivido, que no alcanzamos nosotros, frutos de la civilización de la rapidez y del placer -herederos de los sesenta-, ni de lejos. Somos generaciones superficiales y mucho de ello tiene que ver con internet.
Cierto.
Pues entrad en "A parte rei. Revista de filosofía", y ya me diréis después si Internet promueve la superficialidad... En el fondo todos estos debates son superficiales, banales, porque se desvian de lo sustancial, la persona, y se fijan en lo accesorio, la herramienta. El caso de Elliot es elocuente. Paul Auster, por el contrario, sólo escribe con lápiz.
¿Qué importa dónde o con qué escribimos? Aun con sangre, como en las mejores novelas negras la víctima para señalar al asesino... Lo relevante es qué escribimos, siempre manteniendo unos mínimos preceptos literarios y lingüísticos, por supuesto.
Un abrazo.
Algunos seguimos escribiendo a mano antes de pasarlo al ordenador y, según lo que salga, también al blog.
Y dibujando en papel antes de pasarlo a las lineas sin escala de la pantalla...
He cambiado el blog, no son cierto reparo, a letras blancas sobre fondo oscuro. Es un concepto que lo aleja a uno del papel... una combinación que no pertenece al mundo del papel.
Y aún dudo.
Pero es cierto... un sintoma claro es que rara vez lee alguien una entrada del blog anterior a la que hay ne la pantalla. El instinto de actualizarse es poderoso y siniestro.
Nos e que tipo de mente produciría esta cudad de blogs (material electronico, rápido y superficial) intimistas... (que casi siempre ronda lo contrario)... vaya, este nuevo modo de leer cada día y estar en a literatura.
Cada vez somos "menos" profundos. Me comí el adverbio. Pero más o menos se entendía. Un saludo.
siempre que hay novas tecnologias existe medo del nuevo.
Publicar un comentario