Estrenar zapatos daba en la infancia una alegría inusitada. A los políticos gastar poder les seduce. La ropa interior femenina es una invocación al sensualismo. Y lo que más erotiza, últimamente, a toda clase de público, es el uso de los nuevos cacharros tecnológicos. Cambiar de móvil, ordenador, cámara de fotos o cualquier otro cachivache tecnificado para estrenar nuevo modelo, es de un alto contenido placentero y erotizante. En el horizonte de las fiestas de fin de año se avecina una lluvia de tabletas digitales.
Erótica de la tecnología
7.10.10
Estrenar zapatos daba en la infancia una alegría inusitada. A los políticos gastar poder les seduce. La ropa interior femenina es una invocación al sensualismo. Y lo que más erotiza, últimamente, a toda clase de público, es el uso de los nuevos cacharros tecnológicos. Cambiar de móvil, ordenador, cámara de fotos o cualquier otro cachivache tecnificado para estrenar nuevo modelo, es de un alto contenido placentero y erotizante. En el horizonte de las fiestas de fin de año se avecina una lluvia de tabletas digitales.
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3 apostillas:
Qué pena quedarse en la erótica de lo superficial,lo absurdamente aparente, y no entrar de lleno en la verdadera erótica de lo esencial que sólo podría erotizar el corazón cuando deja de ser músculo para ser sentimiento puro.Quizá los que se conforman con la erótica chabacana del despliegue material de cosas vanas y futiles, sólo poseen cosas y no se poseen a sí mism@s y nunca serán capaces de descubrir el verdadero sentido erótico de la existencia dónde nace y se explica el universo.
La velocidad en que se mueve la historia no lleva el compás de las palabras, aquellas que configuraron nuestros pensamientos y nos sirven aún para expresar emociones. Todavía decimos que estamos "más contentos que un niño con zapatos nuevos", pero ciertamente, estrenar zapatos no nos pone ya tan contentos.
Consumir es el deporte más practicado... Y es cierto que ahora, la erótica común parece ser la de las tecnologías… ¿o la del cambio? Cambiar de móvil, de cámara, de ipod, de entretenimiento, y también de “amores” porque otro deporte, cada vez más frecuentado, es transitar espacios desde la soledad de nuestros cuartos, en busca de ilusiones, compañía, amores, encuentros… que se suceden incansables, sin detenerse en ninguno, para poder así repetir y rememorar en cada comienzo, en cada juego de seducción, igual ilusión que cuando estrenábamos zapatos a los 5 años.
Y así vamos, coleccionando citas, coleccionando sueños.
A veces pienso no sólo que la tecnología es erótica sino que nos hace confiar que es más fuerte que la muerte, o nos hace concebir dicha ilusión. Estar conectado es ya un estado existencial que no pudieron imaginar los grandes existencialistas del siglo pasado, que hablaron del riesgo de la vida, del ser para la muerte, de la responsabilidad, de la decisión. Erothánica la calificaría yo.
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