El árbol del ahorcado

7.5.10



Los niños mirábamos aquel almendro alto, robusto, de tronco retorcido, con solemnidad y terror. Un día acudimos en pandilla tras la noticia de que, una vez más, un hombre se había ahorcado en él. Observamos el árbol con tal curiosidad que podíamos imaginar un cuerpo que colgaba de una cuerda.

También solíamos visitar el cementerio para ir al patio de los ahorcados que permanecía cerrado, aunque en cierta ocasión alguien dejó la puerta abierta y nos colamos. Era un pequeño recinto con unos pocos nichos, sin lápidas ni flores, en parte desvencijado. Aquella imagen me produjo cierta pena porque los cuerpos allí sepultados parecían estar castigados, apartado del resto de tumbas de los difuntos, muchas de ellas adornadas con coloridas y luminosas flores.

Desde entonces recuerdo, al menos, a media docena de suicidas a los que conocí. Ningún patrón común les unía que no fuera su aburrimiento existencial cargado de angustia. La lucidez mental encarcelada en un embalaje mortal. El método usado, en su mayoría, fue el ahorcamiento y en algún caso los fármacos.

Los hombres prefieren el ahorcamiento o el disparo, las mujeres el envenenamiento. Saltar a la vía del tren o al vacío es indistinto.

En una ocasión escuché decir a un secretario de juzgado que la luna llena de enero venía siempre cargada de suicidios. Desde entonces miro las lunas de enero como coches fúnebres.


4 apostillas:

Joselu dijo...

Me ha recordado la notable cinta de El árbol de ahorcado (de los ahorcados en este caso)de Delmer Daves con música de Max Steiner que fue nominada al óscar. Es una peli de 1959.

Mirada mágina -casi felliniana- por parte de esos muchachos a aquel árbol cargado de dramatismo y muerte. Aquel tiempo en que las cosas, las personas, las calles, los objetos se llenaban de simbolismo al que hoy se accede de modo superficial sólo a través de la pantalla plana.

Gata dijo...

Yo, creo que llegado el momento, preferiré saltar. No me gusta irme a dormir sabiendo q no voy a volver a abrir los ojos...
Ya está, gracias por dejarme ponerlo en mi blog.
Sigue asi, eres absolutamente genial (y es verdad)
ciao caro

Joselu dijo...

"Mirada mágica", quería decir.

Javier dijo...

Cuando llegue la hora postrera, me gustaría suicidarme a tiros, pero ante un pelotón de fusilamiento, con banda valenciana decimonónica y todo, y con el recinto lleno de curiosas y piadosas personas que evitaran mirarme a los ojos...

Un abrazo.