Veloz
27.5.10
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
7 apostillas:
El futuro de subjuntivo: tuitearen.
tuitear temer partir... pronto en cada escuela...
Se parece al verbo tontear.
Twiter no me convence, aunque reconozco que tiene algo de desafío en el hecho de concentrar una idea o un relato en 146 caracteres, pero es tan efímera su existencia, tan leve su poso, tan inexistente... que uno piensa que es una metáfora de la sociedad contemporánea: vertiginosa, concentrada, intrascendente, venal... Es tan difícil enseñar a construir un discurso en la escuela cuando todo tiende a eso...
L sociedad, Joselu, no tiende al discurso, sino al concurso, en su acepciòn más banal y venal. Por otro lado, no estoy de acuerdo con que los contenidos de la red sean todos tan efímeros, instantàneos, flor de un segundo. Si así fuera yo no andaría, como era antes tradición muy popular, de visiteo con tanta asiduidad. Esta casa de Francisco en la que estamos es ejemplo de ello. Cada día cambia y no cambia nunca, porque, al menos yo, siempre encuentro lo que vengo buscando: la complicidad de la inteligencia, la sensibilidad, el respeto y el inapreciable buen gusto, amén de la generosidad impagable del anfitrión que nos da el pie, y a quien correspondemos dejándole intacta la mano que mece la ocurrencia -de currar..., dirían yo, más que de ocurrir- diaria.
estoy con Juan Poz en que ambas cosas conviven en internet. Puede (confío) que sus aspectos más efímeros no tarden en pasar de moda, entre otras cosas porque también cansa. Cada novedad se nos brinda como un nuevo juguete que cuenta con una periodo de benevolencia y de interés inicial que poco a poco mengua. Flujo y reflujo. La ley del péndulo. A mí no me extrañaría nada que dentro de 3, 4 ó 5 años, el fenómeno Twitter se deshinchara y que otras cosas (¿el ajedrez? ¿la calceta? ¿la restauración de enseres viejos? No sé) que reclaman su tiempo vuelvan a disponer de más atención. No tengo con qué sustentar esto, pero me da que así podría acabar siendo.
a mi que no me tuiteen!
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