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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
5 apostillas:
Quien añade dolor añade conocimiento, dijo el Eclesiastés, y aún queda constancia del corazón desgarrado de Teresa de Jesús para el conocimiento inefable.
"El aprendizaje del dolor", de Carlo Emilio Gadda, un auténtico "raro" de la literatura italiana, es una novela hipnótica que se lee en ese estado en que dicen que la tortura deja al cuerpo: más allá del propio dolor. Pocas lecturas tienen esa capacidad para desorientar al lector, para ddecirle bien claro: déjalo todo y sígueme, abandona todos tus esquemas aprendidos y renueva tu mirada y tu entendimiento... Sí, podría incluso clasificarse la lectura como lectura dolorosa, pero necesaria.
Coincido con Poz en entrever en el dolor un proceso de conocimiento. El dolor es consustancial a la vida humana. Aprendemos con el dolor. Evitarlo a toda costa -además de imposible- nos lleva a un modo de vida indolente, sin picos de lucidez ni de conocimiento. Otra cosa es que se busque el dolor voluntariamente, aunque cabría pensar en los alpinistas que conquistan ochomiles y percibir que en ese sufrimiento autoinfligido por motivos x hay también placer. Pienso que no hay auténtico placer sin dolor. La vida sin dolor sería plana. Algo así se intento plasmar en Un mundo feliz de Huxley, y no vamos demasiado lejos de ello.
Y sin embargo, parece como si quisiéramos sufrir, si buscáramos el dolor a toda costa para sentir que la vida no tiene encefalograma plano.
Besos de lunática en lunes.
y según Schopenhauer el dolor es lo más característico de la vida del ser humano, lo que le hace vivir y lo que le hace sentir, el que no sufre es un egoista:
"El hombre que ha llegado al extremo de reconocerse a sí mismo en todos los seres, considera como suyos los sufrimientos infinitos de todo el que vive. Se apropia así del dolor del mundo".
Vale, vale, pero no hagamos una apología del dolor eh? Que si que es verdad todo lo que decís, pero el dolor ya te lo vas ha encontrar por cojones en la vida, tampoco hace falta que vayamos a buscarlo adrede, ni que nos regodeemos en él, ni que lo disfrutemos, aunque esta última afirmación es más controvertida, ya sabéis por la delgada frontera entre dolor y placer.
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