Ahí no

14.1.10



En el mundo los ‘blogs’ producen a diario 900.000 ‘post’, el equivalente a la información que puede publicar en 19 años el periódico The New York Times. Además Facebook registra todos los días 700.000 nuevos usuarios (semejante a la población de Bahréin) y actualiza 45 millones de veces su estado frente a los 5 millones de 'tweets' que aparecen en Twitter, mientras en Flirk son publicadas 3 millones de imágenes nuevas cada día. Además 210 mil millones de 'emails' cruzan la red y 43 millones de gigabytes circulan, diariamente, por los teléfonos móviles de todo el planeta. Es una información reflejada en ‘Online Education’.

Ante esta oleada creativa y superabundante de información hay que preguntarse dónde quedan las viejas reglas del negocio del periodismo y los intocables derechos de autor. No donde los quieren dejar ahora, ahí no.

5 apostillas:

Joselu dijo...

A mí desde luego no me molesta que me copien, que me citen, que me utilicen. No pienso que lo que yo escribo tenga especial valor por el que yo deba tener derechos como para vivir de ellos. Prefiero que la palabra sea libre. Sin embargo, entiendo que haya personas que consideren que el pensamiento tiene derechos de autor. Durante mucho tiempo no fue así y todo se plagió, copió y difundió. No sabría qué decirte. A mí me da igual que me copien. No pienso que tenga nada importante que decir, pero no vivo de ello. Igual el criterio de otras personas es diferente. No lo tengo claro.

María dijo...

Personalmente, me sorprende el excesivo mimo y cuidado que está demostrando este gobierno en legislar en defensa de unos pocos, en detrimento de la mayoría.

Me parece perfecto que se protejan los derechos de autor. Sobre todo aquellos autores que lo quieran y lo necesiten, generalizar una caza de brujas bajo esta premisa, me parece una exageración.

Como dice el manifiesto que reproduces, actualmente existen vías jurídicas más que suficientes para que quien vea vulnerados sus derechos en este sentido, solicite el amparo judicial.

Inventar un procedimiento especial, cuyo conocimiento además será conocido por un órgano judicial como la Audiencia nacional, que sólo conoce de los casos y asuntos más graves, me parece un despropósito.

Mi sensación es que el lobby de la industria de los audiovisuales, está presionando al ejecutivo y éste ha perdido la verdadera perspectiva y dimensión de este asunto. Insisto, en beneficio de unos pocos, pretende limitar los derechos de muchos.

Yo también digo, NO, a eso.

Muchos besos.

Paco Becerro dijo...

Mi blog es objeto de copias con frecuencia, tanto en el caso de las fotos, como en el de los textos...

Me da rabia, pero no por la copia, sino por no avisar o por no citar la procedencia.

Un abrazo.

zim dijo...

¡Anda, Futuro Bloguero, pues a mí hasta me haría ilusión!
Como no es el caso y soy de natural generoso, creo que escribiría una carta de agradecimiento a quien lo hiciera: por visitarme, por leerme y además, por difundir lo que digo sin importarle que crean que es suyo ... jajaja.
En fin, más seriamente, aquí diré que es lícito defender la creación propia si de ella se obtienen las habichuelas con que alimentarse, pero quizá son muchas bocas las que quieren comer además de la del creador, y no precisamente habichuelas.
Saludos (ya que no ahí, aquí).

Juan Poz dijo...

Miquel de Palol hace una defensa imaginativa y contundente de los derechos de autor en su magnífica novela "El jardín de los siete sepulcros", una gozada tanto en su catalán original como en la traducción. Mi opinión va en la línea de quienes defienden esos derechos frente a quienes quieren negárselos a sus legítimos propietarios pero no se atreven a discutir otros derechos de propiedad como los de los banqueros o los de los controladores aéreos, con quienes no me importaría nada de nada compartir algún sueldo...
Lo de la cultura gratis tiene mucho que ver, subliminalmente, con el rechazo a la propia cultura, algo que sólo vale la pena si es gratiis, al contrario de lo que occurre con cualquier otro bien de consumo, pues pocos aceptan, de buenas a primeras, un coche regalado, pensamos que nos dan gato por liebre. En fin, en España es tradicional la aversión a todo lo que signifique propiedad intelectual. Creo que quienes insisten en esa "socialización" interesada de la cultura se delatan a sí mismos. Otra cosa es toda la cultura no sujeta a derechos de autor, que debería de ser de acceso libre y directo. Por otro lado, si lo que se quiere es denunciar la posición de abuso dominante de la industria cultural, ¿no es lo mejor abstenerse del consumo y enfrentarles a una huelga de consumidores? En fin, tema complejo, ciertamente. Lo último que se necesita son, desde luego, tribunales especiales .