Demiúrgica verbalidad

3.4.09



A Vaugelas se le debe la mayor parte del trabajo del léxico del primer diccionario de la Lengua Francesa elaborado en el siglo diecisiete. Estimado por el conocimiento de esta lengua y la exactitud de su discurso, defendió que las expresiones y las palabras debían de ser acogidas por su mejor uso social. Claude Favre de Vaugelas, además, dejó dicho que ningún gramático por eminente que fuera, ni el propio rey Luis XIV, podían permitirse la libertad de inventar palabras. Afortunado él, ha podido evitar el tormento de pasar por lugares como éste convertidos en un verdadero infierno de la gramática.

6 apostillas:

franco dijo...

Me imagino tus ganas de cruzarlo por la calle y reirte de él en su cara.

M. Domínguez Senra dijo...

Corre por ahí una historia de la lexicografía editada en Alicante, muy buena por cierto, en donde queda claro que la vanguardia fue para una vez para los hispanistas.
Y sin embargo, el "galimatías" (exagero) que había simplemente, por ejemplo, con la transcripción de las guturales, se deja ver hasta en la primera portada del Quijote (http://www.omni-bus.com/n1/imagenes/PortadaQuijote.jpg). En nuestros tiempos, esa heterogenia solo se ha mantenido en Texas/Tejas y en México/Méjico.
En Portugal, donde creo que no hubo el equivalente a nuestro Nebrija, no se pusieron a "crear" una lengua apta para la administración del Brasil hasta que el Marqués de Pombal vio que allí no había manera de entenderse.

No quisiera alargarme tanto, pero me gustaría decirte que estuve cosa de 4 años meditando cual sería mi lengua oficial (si el catalán o el español) y finalmente me decidí por el español, no sólo porque lo tengo más instalado sino porque en él me siento más libre. En las lenguas minoritarias la presión normativista es tan fuerte, que difícilmente una persona como yo podría estar a gusto.

Un beso (como compensación por la extensión).

Juan Poz dijo...

"el infierno de la gramática" tal vez; pero, sin duda, el cielo del léxico, también. Ahora mismo acabo de escribir acerca de Jitanjáfora, creada por Alfonso Reyes con una gracia y elegancia notables. Pandemonio (que fue inventado por MIlton en 1667) es hasta título de novela, pero tiene su aplicación más pertinente en el ámbito del léxico; lo mismo que matalotaje, ésta también, como la anterior,en sentido figurado.

Joselu dijo...

Uno de los placeres de la lengua es el de inventar vocablos y jugar con ellos. A mí me gusta inventarme nombres y apelativos para referirme a espacios y lugares por los que paso, o tiendas en las que compro. Los hablantes tienen en su uso la posibilidad y el gozo de ampliar la lengua. Un afectuoso saludo.

Carmen Erruza dijo...

Viva la imaginación y la libertad.

di-vagar dijo...

"-Porque hasta que llegue el día feliz en que el esperanto sea la única lengua, ¡una sola para toda la humanidad!, hay que escribir el castellano con ortografía fonética. (...) ¡Guerra a la hache!" ("Niebla", Miguel de Unamuno)