En la parada del autobús

7.4.09


—No es este un mundo de deferencias sino de interferencias.

—La urbanidad tiene poco peso en nuestros días.

—Vivimos impactados por una lluvia de información fragmentada.

—Quizás tenga más que ver con el fraccionamiento de nuestras emociones.

—Y por eso percibamos la realidad de forma intermitente.

3 apostillas:

Joselu dijo...

Creo que el ser humano de finales del siglo XX se ha habituado a ese fragmentarismo y vive en él como su medio natural. Quedan lejos los pensadores existenciales que veían en ello un motivo de angustia. Ahora se buscan medios químicos para afrontar esa ansiedad que conlleva la existencia. Todo es mucho más huxliano (Aldous Huxley-Un mundo feliz-soma). La gran perdedora es la literatura. Todo es pedestre, o casi.

BLQ dijo...

yo más veo que la realidad no la percibimos nunca, incluso cuando nos impacta sin miramientos contra nuestra cara. Posiblemente es una forma de autodefensa que se ha creado el ser humano del s. XX habituado él a tenerlo todo hecho de antemano.

saludos

Pareidolia dijo...

la urbanidad se tambalea entre la anorexia y la bulimia de principios. Hemos retornado a los extremos, el término medio está entre el vómito y la inanición