Rectitud

22.3.09



Te voy a poner más derecho que una vela —le dijo la mamá mientras lo doblaba a zapatillazos.

5 apostillas:

bàrbara dijo...

au!

Lu dijo...

ack

Juan Poz dijo...

Y el niño se reía al percibir cómo la madre se destrozaba la muñeca al golpearle con la zapatilla en el trasero repelado... Era el momento en que irrumpía el verdadero golpe: "Ya verás cómo no te ríes cuando llegue tu padre". Y así era: llegar él, sentir el golpe huracanado de una sola bofetada de las suyas y anegarse los ojos de llanto, si es que no tenía a bien descorrearse...

simalme dijo...

Claro, es que de tanto calentarle la vela empezaba a derretirse...

3'14 dijo...

A mi entender una cosa es el respeto y otra que te tengan miedo. La rectitud por la falta de su flexibilidad corre el peligro de romperse con mayor facilidad.