Después de habernos tomado la molestia de nacer, habitamos el mundo como quien ocupa un espacio en el vagón de un metro. Subida y apeadero para un viaje marcado en las distancias. Y todavía hay quien quiere sacar la cabeza por la ventanilla.
Viajeros
19.4.08
Después de habernos tomado la molestia de nacer, habitamos el mundo como quien ocupa un espacio en el vagón de un metro. Subida y apeadero para un viaje marcado en las distancias. Y todavía hay quien quiere sacar la cabeza por la ventanilla.
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9 apostillas:
Este es entre tus textos uno de los que más me ha gustado.
Ahora entiendo por qué la vida no es igual para todos... Los que vivimos en Madrid y hemos tenido que subir al vagón en hora punta estamos forjados con otro estilo: me ocurrió un día que éramos tantos en tan poco espacio que me quedé atrapada frente a un chico que a su vez se quedó atrapado frente a mí... Éramos dos cuerpos jóvenes, encerrados, y estuve a punto de pensar que los niños no vienen de París sino de la línea 9 del metro de Madrid... Aquí somos tantos y vamos tan juntos... No, no puede ser verdad que haya solo una vida...
Un abrazo
Sacar la cabeza por la ventanilla y agitar la mano y decir adiós a todo los que pasan a la par que nos movemos a velocidad creciente y todo se va alejando.
También hay quien se quiere bajar antes de tiempo, y quien ni mira por la ventanilla solo pensando en el destino final. Me encanta observar los detalles. Me ha gustado mucho tu símil. Este es un gran viaje. Besos
¡Qué alegoría! Una más de tantas que hay para la vida. Como alguien dijo más arriba: yo también tengo fe en que ésta no sea la única vida (debe ser un colador).
Saludos.
Woow! que modo de ver la vida.. muy lindo post..
Saludos desde mi AmaneCeres.
Pues yo de nacer no recuerdo ninguna molestia.
y también hay quien no saca la cabeza, ni aunque le empujen.
un saludo
Si es que después de todo, esta vida provoca mareos incontrolables...
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