Enseres

29.4.08



Tras el óbito queda un rastro de objetos personales que hay que tirar. Es mejor no tener muchas cosas en propiedad. De lo contrario el finado carga a los apenados familiares con cuestiones inútiles.

6 apostillas:

Anónimo dijo...

Pues sí, es cierto. Tanto como que a veces los muertos dan más guera por lo dejan que por lo que se llevan.
en fin...

un saludo

Isabel Barceló Chico dijo...

¿Por qué hay que tirar las cosas que pertenecieron a quien se ha ido para siempre? A mí no me gusta destruir de tal modo la memoria. Saludos cordiales.

Animal de Fondo dijo...

Además, desde el punto de vista del muerto, lo único que la muerte no nos arrebata es lo que se da. Saludos.

Don Peperomio dijo...

Cuando me muera, quiero que donen mis órganos... y mis libros sin mirar nunca entre sus páginas.

Joselu dijo...

Cuando nos vamos queda un hueco, un vacío, que impregna todo aquello que tocamos en vida.

M. Domínguez Senra dijo...

Acongoja un poco cuando distingues al pie de un container de la basura objetos que tienen toda la pinta de haber pertenecido a alguien que ya no existe. Como el síndrome de Diógenes, el afán por acumular cosas, suele darse sólo en los ancianos, otra vez más nos has planteado un tema dando en la clave del asunto: que los objetos tienen mucho que ver con nuestra desaparición.
Post interesantísimo.