Invisibles

4.11.07



Trabajaba concentrado el alquimista en los cuatro humores del comportamiento humano. La bilis negra para la melancolía; la bilis amarilla para la cólera; la bilis roja para el comportamiento sanguíneo; y la blanca para la flema. En ese momento fue interrumpido por un sagaz aprendiz, aquejado de curiosidad, que se acercó a interrogarlo.
–Maestro puede el ser humano alcanzar la invisibilidad.
– Sí, puede.
–¿Cómo ha de ser para que la materia pierda su aspecto sensorial?
–No llames la atención. No te distingas del resto de la gente. Te harás volátil como la quintaesencia.


4 apostillas:

38 grados dijo...

Hay días que sería maravilloso ser invisible...me puedes dar la dirección del Maestro?

Joselu dijo...

Siempre me ha fascinado el tema de la invisibilidad. En la gran ciudad, en sus ramblas multitudinarias, es posible ser invisible, dada la indiferencia con que nos ignoramos unos a otros, para bien o para mal. Esa es la perfecta invisibilidad.

Anónimo dijo...

que grande, pues claro que sí. Yo soy toda una experta en ese area jeje.

un saludo, grandes textos ;)

3'14 dijo...

A mí, por el contrario, esa invisibilidad que comenta joselu me da mucha pena.