Manumisiones

Cuanto más dependas de ti más autónomo de los demás serás.

Ahuyentados

Los miedos zumban a nuestro alrededor como obstinadas avispas que quisieran picarnos y a los que hay que sacudirse a manotazos.

Sin esfuerzo

Para escapar de la humillación solo es necesario rebajar el orgullo.

Trucos de manos

 

Sobre todo, se trata de escribir –ni mal ni bien– lo que no está escrito, aquello silenciado o lo no dicho. La escritura es pura invención y fantasía.

Diacronías

El éxito está contenido en el propio fracaso.

Atemporal

Lo mejor de la poesía es que nunca estará de moda.

Paganismo

Al pasar junto al jardín de una casa escucho rogar a una mujer mayor: «¡Zeus!¡Zeus!». De inmediato imagino que está implorando a los dioses antiguos. Y, al momento, descubro decepcionado que es una llamada al nieto que chapotea en una piscina de plástico. Y pienso: Oh, dioses del Olimpo, ¡qué bajo habéis caído!

Limitados

La osadía termina donde comienza el error.

Emancipaciones

Hasta tres veces he echado azúcar en el café esta mañana sin pensar lo que hacía. La mente si la dejas suelta se hace libérrima.

Finiquitar

Las obsesiones matan.

Espíritu de la época

Lo mediocre llena el éxito presente. Las grandes creaciones se adelantan o se atrasan a su tiempo.

Suficientes

Ya tenemos bastante con ser lo que somos.

Tareas perpetuas

Igual a un Sísifo cualquiera, por muy inútil que parezca, cada día el esfuerzo de subir la piedra, sin desaliento y sin desfallecer, en esta condena de la escritura eterna.

Amor imposible

El muñeco de cera se derretía al verla.

Prolijidades

Quien anda en soledad obtiene el obsequio de los detalles.

Trazabilidad

La madurez intelectual es como una carrera de fondo, donde te fortaleces conforme avanzas, aunque sin meta.

Precipitado

Los aforismos son pensamientos de consumo rápido y de digestión lenta.

Ancianidades

La vejez legitima la soledad.

Desairados

Cuando alguien dice «eres de los nuestros», empiezo a sospechar que hay un exclusivo «sobran los demás».

Proscriptos

 

Perdí la autoestima por mi escritura a los treinta años. El desarraigo estimula mucho más la creatividad que el apego.