Ovillados

6.4.22



Con la madeja del tiempo se teje la vida.



Belicosidad

5.4.22



Un aforismo es como una ráfaga de metralla, siempre termina por herir a alguien.



Acomodos

4.4.22



Al pasar el tiempo, te acostumbras a ser tú porque te sabes de memoria el personaje.



No hay niños

3.4.22



Las parejas se reunieron a cenar y pasar una noche alegre. Todas tenían hijos menores de doce años y pensaron que, para tener una velada tranquila la solución fuera alimentar primero a sus retoños y, después, dejarlos en una sala amplia, donde bien acomodados abandonarlos al cuidado de una nodriza llamada Internet, para los cual se les dotó a cada uno de un teléfono inteligente.

Rieron, chalaron, bebieron y comieron, en un ambiente adulto despejado de requerimientos infantiles. Durante bastante tiempo nadie escuchó un «¡¡¡mamá!!!» o un «¡¡¡papá!!!».

No echaron en falta a su descendencia hasta que alguien dijo: «no hay niños». Los medios de comunicación tildaron el suceso de desaparición masiva.



Alcoholemia

2.4.22



Los mejores aforismos son los que se escriben borrachos de palabras.




Acuosidades

1.4.22



El lenguaje de la lluvia siempre narra historias húmidas.



Cronógrafos

31.3.22



Necesitamos tiempo para saber del tiempo que se nos va.



Volúmenes

30.3.22



Un cementerio es una biblioteca de vidas.



Habladurías

29.3.22



Quien te habla mal de todo el mundo también hablará mal de ti.



El árbol de la ciencia

28.3.22



Partiendo del mismo tronco, somos ramas, hojas y frutos diferentes.




Abuelita

27.3.22


La abuela de Caperucita Roja, harta de que el lobo se la comiera cada vez que contaban el cuento, hizo una reclamación al Colegio Oficial de Narradores. En la misma reclamó una cierta dignidad como personaje popular y, por tanto, el pago de una pensión como cualquier persona del colectivo de la tercera edad, una dieta sana —no solo tarta y leche—, ser beneficiaria de los viajes de Imserso, la prestación de atención geriátrica y médica y, sobre todo, demandaba una nieta más espabilada que no la confundiera con un lobo en camisón.




Garabateados

26.3.22



Cada frase escrita es una vida que viví.



Fabricaciones

25.3.22



La fantasía es una factoría de realidades.



Venturosos

24.3.22



Cuando escribes algo que no es recibido con entusiasmo por quien lo lee, te sientes raro. Pero es una frustración fugaz porque, al momento, recuerdas de la dicha sentida mientras te involucraste en su juego.



Precario

23.3.22



La escasa presencia de este aforismo iguala al momentáneo trazo de una estrella fugaz.



Comidos

22.3.22



Aquello que ya no recuerdas es lo que el tiempo ha devorado en ti.



Equidistancias

21.3.22



Todo está tan lejos y, a la vez, tan próximo a la muerte.



Calima

20.3.22



El cielo descargó una inesperada lluvia anaranjada coloreando la urbe de albaricoque maduro. El polvillo rubicundo tiñó las calles, los árboles, los coches y penetró en las casas anegando con sigilo todas las dependencias, impregnando cada rincón y objeto con una película de limaduras de mandarina. 

Bajo el cielo leonado el asfalto parecía alfombrado de caléndulas, los edificios torres bermejas, las fuentes surtidores melifluos y los parques cuadros donde se fundían ocres, caquis y cobrizos. 

Los habitantes comenzaron, primero a respirar y, luego, a masticar aquel aire azafranado que se les coló por la nariz y por los ojos, y los fue pintando de un tono zanahoria, hasta que se volvieron de arcilla en una ciudad de barro.



Malgasto

19.3.22



Si pudiéramos sumar todo el tiempo perdido a causa de la estupidez humana, viviríamos una vida extra.



A galeras

18.3.22

 

Estoy sentenciado desde hace tiempo: me gusta escribir más que leer.