Internet está rediseñando la forma de actuar de nuestro cerebro. Algunos expertos opinan que la mente de los cibernautas es más «rápida y automática» pero, a la vez, tiene un pensamiento menos profundo y riguroso. El escritor Nicholas Carr afirma que «estamos adoptando los mismos hábitos de pensamiento: distraídos, apurados y superficiales». Por otro lado, lo que ganamos en el adiestramiento espacio-visual lo perdemos en la capacidad de procesar un pensamiento más profundo y una mayor reflexión e imaginación.
Todo cambio conlleva sus contrapartidas. Baste recordar lo que significó la aparición de la imprenta para los copistas o la tradición oral, la fotografía para la pintura, el vídeo para el cine o la misma televisión para la radio.
Eliot, tuvo miedo a escribir poesía en la máquina de escribir, decía que aunque ayudaba a la lucidez dudaba que suscitara la sutileza. Vencido su miedo escribió en ese artilugio el poema 'La tierra baldía' que lo haría famoso.