La bola de cristal

12.3.06



Como los seres humanos tendemos a hacer pronósticos no sucumbo a la idea de preguntarme cuál será el futuro de los ‘malditos’ ‘blogs’. Algo se ve venir. El sistema económico en el que nos movemos lo fagocita todo y buena parte de las bitácoras terminarán por ser meros escaparates publicitarios, fórmulas para venderse o vender. Pero además está el hecho, nada ominoso, del poder de la comunicación. Por ahí ya se ven los ‘blogs’ que los grandes medios de comunicación han puesto en marcha para que el invento no se les vaya de las manos. Si no pueden imponer su ley con las bitácoras que firman los nombres famosos, con los que tienen buen entendimiento, terminarán por fichar a quien destaque.

La alternativa será, como siempre, las de los francotiradores que van por libre y están solos. También y aunque no les gustes a los de Borjamari (“tanto empalagoso adolescente mental que acaba reconciliándote con las bitácoras”), toda esa pléyade de bitácoras sin otra pretensión que la de expresarse como quien hace una pintada en una pared.

Lo único es pedir suerte.

Fundamentalismo

11.3.06

Cada vez que veo a una persona que pasa las horas jugando al solitario en un ordenador pienso «qué aberración». Eso deriva del pensamiento fundamental que para mí tiene el juego y el ordenador: un espacio lúdico donde mezclar ideas y palabras.

Los días venideros

10.3.06




Cada vez que paso una buena racha pienso en disfrutarla, sabedor de que vendrán días peores. Cuando todo se vuelve en contra me digo que los malos días también terminarán. El secreto de la vida según el sabio chino Zhuang Zi está en no tener más preocupación que poder escuchar los latidos del corazón.



Reparto igualitario

9.3.06




Celia es una amiga a quien se le quedan pequeñas las relaciones de pareja. El otro día me comentó: «Yo no busco el amor de mi vida. A veces me gustaría cortar mi corazón en pedacitos y repartirlo. No sería de nadie pero sería de todos».



Distinguidos

8.3.06

A punto de cumplir los cien años el escritor Francisco Ayala no para de recibir homenajes. Lo veo en las imágenes de televisión moverse con la fatiga propia de su edad y pienso si todos esos actos protocolarios le llenaran de alguna satisfacción, cuando se supone que con el paso de tiempo a lo que se aspira es a la tranquilidad.

Pero lo que veo detrás de esa imagen son a los verdaderos homenajeados. Una cohorte de protagonistas que giran a su alrededor que son quienes se auto homenajean colocándose junto a Ayala.

Cómo se los montan algunos intelectuales de medio pelo, escritores mediocres y artistas prejubilados para estar en el escaparate mediático.

Fieles

7.3.06


Ella estaba casada y tenía una hija. Él también lo estaba y era padre de dos niños. Ambos llevaban unidos a sus parejas un tiempo casi similar y un proceso paralelo de ‘normalización’ matrimonial (*).

El azar los reunió. El amor les dio alas y mantuvieron una relación secreta y pasional durante muchos años, sin deshacer ninguno sus primigenias parejas. Al final se les gastó el amor y cada uno continuó con su vida.


(*)Eso que llaman fases del amor: enamoramiento romántico que suele durar un año; la etapa madura de vivir juntos, tener hijos y hacer proyectos; y el último ciclo de consolidación donde prevalece la complicidad, la amistad y el cariño. Después de estas tres fases hay quien dice que es mejor cerrar los ojos.

El tejido del corazón

6.3.06




Me cuenta Paula que la primera vez que nos rompen el corazón parece el fin del mundo y, en cambio, con el tiempo comprendemos que forma parte de nuestro aprendizaje afectivo y se compadece de quien no le haya ocurrido. Explica que este proceso no debe ser traumático porque el corazón se recupera debido a la gran capacidad de regeneración de su tejido cardiaco.

Nota del autor.- Al parecer, según avalan ciertos estudios, las células que componen el tejido cardiaco tienen una gran capacidad para volver a regenerar la parte dañada cuando actúan sobre ellas sustancias como el olvido y la indiferencia.



Charcos

5.3.06




De pequeño me mentía en los charcos de agua y disfrutaba lo indecible. Apenas dejaba de llover me calzaba las botas de agua y me ponía a cruzar aquellos pequeños mares y lagos. A mi madre no le hacía ninguna gracia y, en alguna ocasión, recibí una azotaina porque había más agua en mis botas de goma que en el propio charco.

Ahora me meto en otro tipo de charcos bien sea por amistad, por no saber estar callado o por ingenuidad. Y a pesar de que me mojó –a veces casi me ahogo-, no me importa. Ya lo dijo el filósofo griego Nausífanes de Teos, para salvarse antes hay que naufragar.



Películas

4.3.06


Tras la repercusión mediática y escandalosa levantada en Estados Unidos por la película ‘Broken Mountain’ espero, con impaciencia, la versión española. Una historia de dos toreros homosexuales que se podría titular ‘Plaza Rota’.

Cables cruzados

3.3.06


No puedo sustraerme a la petición que una mujer hace de su desayuno.
―¿Qué va a tomar?― pregunta la camarera.
―Por favor me pone un café con leche desnatada y sacarina. Y una tostada de mantequilla y mermelada― responde la mujer.
Después me pregunto qué información recibimos sobre la nutrición que provoca este tipo de desconciertos.

Los sumisos

2.3.06


Condena un poeta consagrado a los sumisos, a los gregarios. Habla amparado en la seguridad que le dan unos versos donde critica la guerra de Iraq y otros desastres de la humanidad.
Pienso que hablar es muy fácil, más aún desde las trincheras del bienestar acomodaticio y no ignoro que quien alza su voz contra los sumisos no lo es menos, o acaso no es un acto de sumisión recibir el Premio Nacional de las Letras, ser académico, invitado ilustre de tertulias, conferenciante –previo pago-, así como otras ocupaciones perfectamente encastradas en un sistema de acatamientos. ¿O sólo somos sumisos los que nos levantamos temprano porque tenemos que ir a trabajar para pagar el traje que nos cubre, la casa que habitamos y el pan que nos alimenta?

Contingencia

1.3.06

Cada día es una oportunidad para escribir un nuevo comentario en esta bitácora.

Renuncias

28.2.06

Visito a un enfermo moribundo y luego de marcharme pienso que la muerte es el único acto irrenunciable de nuestra vida. Recuerdo entonces una cita de Emile Cioran en la que se puede leer que «la renuncia es la única variedad de acción no envilecedora». Por ello habría que concluir que no hay nada más vil que la muerte, pero no es así porque por encima de ella está el hecho humano de la pena de muerte.

Obcecado

27.2.06

Jorge Luis Borges confesó en una entrevista: «Estoy podrido de literatura. No podría contestar hablando del sol, no suelo pensar directamente en el sol, sino en las imágenes, textos, relatos del sol.» Me da que voy por el mismo camino con este ‘blog’ que mi vida estuviera como magnetizada a este marco de expresión virtual. Lo han puesto a prueba estos días de vacío ‘blogo’ existencial.

Despedida de soltero

26.2.06

La radio publicita un lugar llamado Zafiro donde se pueden pasar las noches más “íntimas”. Además preparan despedidas de soltero. En el ritual prematrimonial se asume que el hombre debe despedir su celibato con un atracón de sexo.

No es tanto una crítica al uso de la libertad como un cuestionamiento del sistema que, de forma mayoritaria, impera en las relaciones de pareja.

Carnaval

25.2.06




Llegado el Carnaval y para disfrazarse es suficiente con quitar la máscara que llevamos colocada todo el año, nadie nos reconocería. En cambio para algunos ni eso es suficiente porque, tras desenmascararse, descubren que su verdadera cara es una nueva máscara.



Flores

24.2.06

Mi amiga Mariajosé dice que si ella vendiera flores y le regalaran un ramo se lo tiraría a la cabeza a quien le hiciera ese presente. Entonces, me pregunto: ¿quién le regala flores a las floreras?

Objetos perdidos

23.2.06

Hoy he perdido la tarde y no sé dónde fue a parar. También perdí un amor de juventud. He perdido varias veces la calma. Extravié las llaves de la casa y perdí las muelas del juicio. En mi habitual despiste de vivir no sé dónde he puesto la sonrisa que tú me regalaste. Tampoco sé dónde tengo guardado el Principio de Arquímedes y me hundo porque no hay ninguna fuerza que me empuje hacia arriba igual al peso del fluido que desaloja mi cuerpo.
En esta larga lista de extravíos uno no termina nunca de encontrar dónde está la Oficina de Objetos Perdidos.

Infiernos

22.2.06


Las religiones han explicado siempre como el infierno es un lugar de sufrimiento para quienes se ha desviado del camino recto. Sin embargo para muchas personas el verdadero infierno está en La Tierra. Abundando en el tema se podría decir que existen muchas clases de infiernos. Como ejemplo de uno de ellos está el infierno de la zozobra que me ha toca vivir esta semana: tengo a los pintores en la casa.

Desencanto

21.2.06




Somos seres desilusionados desde ese momento que nos damos cuenta que nuestra madre y el pecho que nos amamanta no forman un simbiosis con nosotros. El conocimiento de ese desapego nos hace seres irreconciliables con el optimismo el resto de nuestros días.