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Habituales costumbres

11.3.20




Escribir es una costumbre después de tantos años, lo es. O como lo entendía Aristóteles: «Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia entonces, no es un suceso sino un hábito». Y por tanto en la repetición, según Will Durant, encontramos no un acto, sino un hábito. Por eso «Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos», si hacemos caso a Samuel Beckett, y pensamos en todos los yos que somos y que hemos sido en la prestación de existir.




Procesos

20.9.16



¿Será como decía Beckett que un individuo es una sucesión de individuos?


Habituados

13.6.15



Decía Samuel Beckett que «respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos». Y ahí es donde yo habito.



Extravagancia

28.10.14



—¿El fracaso nos lastra, señor Beckett?
—No importa. Inténtalo de nuevo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
—¿Y el silencio?
—Empleo las palabras que me has enseñado. Si no significan nada, enséñame otras. O deja que me calle.
—Es mejor la acción.
—Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas solo puede chocarnos el aburrimiento.
—O la pereza.
—No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza.
—El padecimiento de la locura.
—Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre.
—Como la costumbre de vivir.
—Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos.



Usufructurarios

23.2.13



Para Samuel Beckett «las palabras son todo lo que tenemos.» Hermoso patrimonio inmaterial que nos hace propietarios del mar, la luz, el amor, el tiempo, las caricias, la ropa, los inviernos, las miradas, las bocas, las palabras...



Triunfar desengaños

10.3.12




«Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.» Samuel Beckett dedujo que en la insistencia habita el ánimo de resistir al fracaso que es el único triunfo.






15-MDesobediencia por tu culpa voy a ser feliz»

«Somos el pueblo que matará la humillación y asesinará la miseria, ¿no oyes sus gritos, sus alaridos?... » Aayat Al-Qormozi, poetisa bahreiní

Obstinados

14.4.06




Samuel Beckett rechazó en 1969 el Premio Nobel de Literatura. Nada más enterarse dijo: «¡Dios mío, qué desastre!». Defensor de su intimidad, mantuvo a distancia los cenáculos literarios y los circuitos editoriales. Pesimista y subversivo, Beckett se alejó del mundanal ruido. A partir de hoy jueves numerosos actos recordarán el centenario de su nacimiento algo que, a buen seguro, no le hubiera hecho mucha gracia. Algunos seres humanos incapaces de sacar conclusiones de las enseñanzas del escritor, se obstinan en repetir errores.