Día de playa

30.7.05


La justicia, siempre divina, de la atmósfera pronosticaba un día termométricamente con las isóbaras a fiebre de camello. Discutían los noticieros especializados sobre la proclive tendencia a mantener las presiones atmosféricas en una cotización al alza. Vanesa desayunaba en camisón de seda verde y unas braguitas que amordazaban la frondosidad de su vello pubiano. Sumergía su cuchara sopera en el tazón de leche blanquecina y fresca para rescatar, con distraído automatismo, una buchada de cereales empapados de lácteo dulzor. Las fibras y el budismo eran la última cruzada dietética que se había empeñado domesticar. Pero Vanesa nunca pensaba que estaba comiendo porque le resultaba arduo el proceso combinatorio de la nutrición.

Soñar despierta era un ejercicio emocionante que además le reportaba una súbita belleza a su rostro infantil y maligno (una mezcla, digamos, de chica vamp y Lilí Monster). A pesar de lo enmarañado de su pelo, alborotado por alguna aventura onírica de la noche y del desdibujo de las postreras huellas de maquillaje, conservaba un aspecto vigoroso y fuerte, tan propio de las nativas de Tauro. Pero los 113 grados Fahrenheit de aquella mañana, le habían hecho encajar, súbitamente, una mueca de asombro y de perplejidad, enrareciendo su carita de cera virgen. Este iba a ser un día de calor, de un calor que haría sudar hasta las piedras. Se ordenaron entonces en su mente, mientras alzaba el tazón para finiquitar el asunto del desayuno, las imágenes de su biquini rojo, la arena ardiente, la sombrilla con paisajes de oasis, el chismorrear casi silente de las pequeñas olas, una pareja de delfines gemelos y la línea infinita del horizonte marino de un azulado refrescante. Un calor tontencino iba tomando el día por todas sus arterias y otros conductos de la circulación sanguínea.

Llamaron a la puerta justo cuando la radio anunciaba, el último boletín tórrido que recitaba una oleada de fuego, alcanzando, en esos momentos, la temperatura crítica soportable por la exudación de los cuerpos, situada por ciertos entendidos, no sin polémica, en los 140 grados Fahrenheit. Vanesa entonces perfilaba ante el espejo su ritual de labios y carmín, la malévola constelación de pecas ubicada en sus mejillas, y se alegró, al saber, que había llegado Luis para llevarla. Sólo la retuvieron los cinco segundos imprescindibles del último retoque.

Sorprendida al entreabrir la puerta y no ver a nadie, sólo halló un charco de líquido en evaporación y reconoció las bermudas con dibujos de pececitos tropicales que le regaló a su novio. El calor le había echado por alto un día de playa.

Incruento amor

29.7.05


Por cada amor, cuenta un dicho popular, hay tres desamores. La batalla del corazón no puede ser más cruenta. Hasta acertar con el destino cuántas víctimas se dan en el camino.

Púberes

28.7.05


El tedio, un material consustancial a la adolescencia y una herramienta con la que los jóvenes pueden malgastar todo ese tiempo que les sobra, es un ejercicio necesario para saber, después, qué breve es la existencia.

Un amor equivocado


Dejar el trabajo, los amigos, el lugar que te vio crecer por una pasión amorosa parece todo un gesto romántico y atronador. Pero y si después de todo eso es un amor equivocado el que se escoge, ¿qué nos queda? Sólo quienes han errado en su camino saben reconocer esa huella, porque hay quien es más feliz con la pasión que siente que con el amor que le dan, parafraseando al pensador francés La Rochefoucauld.

Empatía

27.7.05


Alguien me comentó un día que se había dado cuenta de la cantidad de mujeres divorciadas que vivían en su ciudad; estaba en pleno proceso de divorcio. Una amiga me paró en mitad de la calle y me apuntó que los hombres eran infieles por naturaleza; luego, entre lágrimas, me confesó una aventura extramatrimonial de su marido. Un conocido me relató una estadística del color más usado por los fabricantes de coches y el modelo que más se repetía; acaba de comprar uno que encajaba con esos dos parámetros. Mi vecina, después de un saludo efusivo, vino a decirme que había una epidemia de perros en el barrio mientras su caniche se meaba en el pernil de mi pantalón.
Parece, como refiere el dicho popular, que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y descubrimos otras caras de la realidad cuando nos toca padecerlas. Un poco de más alteridad no le vendría mal al ser humano.

Dendrocronología

26.7.05


Igual que los árboles envuelven con anillos el paso de los años, por las veces que hemos amado medimos la edad del corazón.

Dendrocronología


Igual que los árboles envuelven con anillos el paso de los años, por las veces que hemos amado medimos la edad del corazón.

Una marca

25.7.05


Primero fue el hombre metrosexual, después llegó el metroemocional y ahora el vitalsexual. Al final los hombres acabaremos convertidos en un anuncio de colonia.

El beso

24.7.05


Llovía sobre el silencio de la noche coja con mansedumbre y delación, en una noche de mayo cuando todas las puertas se han cerrado. La tormenta del miedo que auscultaba entre los borradores de los sueños, se hacía fuerte y jadeaba. El tiempo era un misterio envejecido como un vino añejo. Entonces la besó en la boca. La besó con un beso apasionado y definitivo mientras su mano derecha agarraba la nuca que tapaba una ondulada melena pelirroja de reflejos oscuros desplegada en el aire de la noche. Sabía que la perdía, que ya la estaba perdiendo desde esa noche desangelada. Sara no entendió el porqué de aquel beso, ni el titilar de las estrellas que asomaban en el silencio como puntitas de cristal, ni la mirada extraña del transeúnte que cruzó aquel instante. Una lágrima andrógina se deslizó por la mejilla de Esperanza mientras recordaba la última escena de la película Thelma y Louise.

Antropofagia

23.7.05


El tiempo me come el corazón y soy una víctima más de la cruel existencia.

Doctor ¿me puede recetar una depresión?

21.7.05


Modelos sociales a imitar

Antonio. Un Guardia Civil dado de baja por depresión que se dedica a hacer chapuzas de fontanería y albañilería. Practica ciclismo y se aplica en pintar cuadros.

Antoñita. Trabajaba de cajera en un supermercado. Está dada de baja por una lesión en una mano. Suele montar a caballo y se va al Rocío un par de fines de semana al mes.

Toni. Es Policía Local. También está dado de baja por depresión. Es corredor de fincas, asiste a clases de Tai Chi y los fines de semana se va de ‘marcha’.

Toñito. Le dieron la baja por una enfermedad reumatoide en una entidad bancaria. Ahora se dedica a rodar cortos cinematográficos. Se le suele ver en bares, cafeterías y ‘pubs’ como lugares que más frecuenta.

Toñi. Maestra. Dada de baja por depresión facultativa. Pertenece a un club de senderismo y cada fin de semana participa en una de sus juergas. Va a clases de baile.

Toñín. Lleva veinte años dado de baja como Policía Nacional por depresión. Acude cada día a un club de aeromodelismo y canta en el coro de una iglesia. No se le conoce otra actividad complementaria.

Antoñón. Vino exiliado de Centroamérica a Europa. Lleva veinte años viviendo de la lástima que da a las administraciones culturales y a los amigos. Es un artista y un perseguido político y huye del trabajo como los lobos del esparto.

Nota.- Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

En la cola del súper

20.7.05


- Los medios británicos justifican la ocultación de imágenes de los atentados de Londres. Son los mismos medios que sacan el descuartizamiento de cadáveres en todas las guerras del mundo.

- Juan Manuel de Prada vio cumplido un sueño de infancia al ganar el Planeta. Es bien triste crecer sin infancia. De niño debió ser muy mayor.

- Continúa la subida de tipos para controlar la inflación. ¡Qué mujer tan díscola ésta que no se deja controlar!

- Seis hermosos ejemplares de toros miuras fueron asesinados ayer en la plaza de las Ventas, sin que se hayan producido detenidos hasta el momento. Los animales murieron desangrados después de ser maltratados, pinchados, mareados y finalmente matados con un estoque, a manos de unos individuos que lucían brillantes y coloristas trajes ajustados, mientras una multitud los ovacionaba.

Declaración de Hacienda

19.7.05


Este año declaro haber tenido ingresos importantes en afectos corrientes.

Paisanaje

18.7.05


Hoy he hecho un largo viaje pero no he visto ciudades ni campos, ni playas ni mesetas, tampoco carreteras ni puentes. He viajado por los rostros humanos que es la aventura que más puede fascinar.

La carta

17.7.05


El Vaticano me ha enviado una misiva en latín donde me pide que reconsidere el título de este blog. Sugieren desde las altas instancias eclesiásticas que debería abandonar el sexo y quedarme sólo con las moscas (http://www.elsexodelasmoscas.blogspot.com). Esta será para mí una larga meditación veraniega que no me dejará dormir.

Metido en el charco

16.7.05


Hay un charco en la noche que, en sus bordes, refleja la luz de la luna. Su silueta asemeja el bocadillo de un tebeo con la superficie oscura. Qué escribir dentro: la noche misma, el pensamiento del día que se va o el sueño que espera. La larga meditación del cuento que es la vida. Al final me doy cuenta que dentro de ese negro espacio estoy yo.

Literatura infantil


Harry Potter es un libro mágico…para la cuenta bancaria de su autora Joanne Kathleen Rowling que ya supera el billón de dólares. Lo prometo, nunca volveré a reglar un libro del aprendiz de mago.

El traidor

15.7.05


Me encuentro a un conocido en la cola del supermercado. Nos saludamos. Le preguntó cómo le va y qué hace. Me responde: «ya ves, aquí de traidor». ¿Cómo dices?, le digo sorprendido. «Sí, de traidor. Tráeme esto, tráeme aquello, tráeme lo otro», me dice. Y no tengo más remedio que despedirme con una sonrisa.

Dicho latino

14.7.05


Quien aspira a la felicidad de una vida burguesa desea su propio infortunio.

Máxima

13.7.05


Las moscas y el sexo, dos cosas que no nos podemos quitar de encima durante el verano.

Kamikaze

12.7.05


Tropezó mil veces sobre la misma piedra pero no era un error. Quería suicidarse.

La densidad de las palabras

11.7.05


Las palabras no son corchos que echas a flotar sobre el agua. Tienen que tener un peso específico que las haga hundirse en nuestro interior.

Efectos del calor

10.7.05


Una mayor agresividad.
Los conductores corren más. Suena más fuerte el volumen de la música.
Espejismos urbanos: se ven mujeres casi desnudas que caminan por la ciudad.
Hay más mosquitos, cucarachas y todo tipo de insectos.
Sube la tasa de insomnes.
Los litros de sudor podrían llenar cien piscinas olímpicas.
El calor produce olas y da golpes.
Los cuerpos se dilatan.
La cantidad de calor que recibe un cuerpo cuando aumenta su temperatura es directamente proporcional a la masa que tenga, al cambio de temperatura observado y al calor específico del material en cuestión que, en este caso, es de carne y hueso.

Cambios

9.7.05


Cansada de intentar hacerse oír entre el ruido de la música y el humo del pub, un día decidió ponerse es escribir en una bitácora. Desde entonces no ha vuelto a tener problemas de afonía.

Quejas

8.7.05


Me molestan los viernes con su carga de feroz optimismo.

Insignificancias

7.7.05


El maestro zen Li-Chin contó a su alumno que, desde algún lugar del universo, inhóspito e inerte, se podía ver titilar, entre un millón, una pequeña estrella llamada Sol. La humildad es una práctica que siempre nos debe reconfortar.

Ciclos de lavado

6.7.05


Remojo, prelavado, lavado, enjuague, aclarado y centrifugado. Igual que la publicidad hace con nuestros cerebros.

Aplaudidores

5.7.05



Nunca he visto aplaudirle a quien trabaja en el campo cuando termina su jornada, ni al pescador cuando baja de su barco, tampoco al minero cuando sube de la mina. No he visto ovacionar al albañil cuando baja de su andamio, ni reverenciar al mecánico cuando termina su jornada con las manos grasientas. Ni he visto sacar a hombros a los profesionales sanitarios que curaron una enfermedad mortal, ni pedir autógrafos a las personas que investigan y que inventaron una nueva vacuna. Así igual con las amas de casa, las cuidadoras de mayores, quienes atienden al servicio de limpieza, los que enseñan, los seres humanos solidarios, los preocupados por el medio ambiente, quienes se dan a los demás. 
Entonces por qué echan chispas las manos del público cuando termina su actuación un roquero multimillonario, un futbolista afamado o un escritor que recibe un premio de cuantiosa factura.



Simbiótico

4.7.05


Extraño tipo el que vive en mí y cada mañana sale al espejo a saludarme.

Enigmas infantiles

3.7.05


Uno de los mecanismos más misteriosos de mi infancia era el torno de los conventos de las monjas de clausura. Penetrar en el enigma de aquella voz que respondía tras un “ave maría purísima”, “sin pecado concebida”. Desde ese mismo momento ya pecaba con el pensamiento al imaginar que aquella voz dulce escondía una bella mujer inalcanzable para mí. Después estaba la decepción que el rechinar del torno me traía tras haber depositado una moneda, y que no era otra que los recortes de las hostias que las monjas hacían. Penetrar en el misterio ejerce una intensa atracción en el ser humano.

Darle la razón

2.7.05


Nunca se me ocurre llevarle la contraria a mi peluquera, sobre todo si tiene las tijeras en la mano.

Pensamiento único

1.7.05


Continuamente piensa en el sexo. Aunque a veces se distrae y piensa en las mujeres. Y reconoce que se desconcentra y, entonces, sueña con mujeres. Menos cuando se desorienta y piensa en las mujeres.