Aplaudidores
5.7.05
Nunca he visto aplaudirle a quien trabaja en el campo cuando termina su jornada, ni al pescador cuando baja de su barco, tampoco al minero cuando sube de la mina. No he visto ovacionar al albañil cuando baja de su andamio, ni reverenciar al mecánico cuando termina su jornada con las manos grasientas. Ni he visto sacar a hombros a los profesionales sanitarios que curaron una enfermedad mortal, ni pedir autógrafos a las personas que investigan y que inventaron una nueva vacuna. Así igual con las amas de casa, las cuidadoras de mayores, quienes atienden al servicio de limpieza, los que enseñan, los seres humanos solidarios, los preocupados por el medio ambiente, quienes se dan a los demás.
Entonces por qué echan chispas las manos del público cuando termina su actuación un roquero multimillonario, un futbolista afamado o un escritor que recibe un premio de cuantiosa factura.
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