Escritura terapéutica

10.9.15



El escritor David Foster Wallace afirmaba: «Yo tuve un profesor que me caía muy bien y que aseguraba que la tarea de la buena escritura era la de darles calma a los perturbados y perturbar a los que están calmados». El efecto sanador de la escritura que cura a los locos y enloquece a los cuerdos, ya sean personajes o lectores.



Negaciones

9.9.15



¿Es más fácil negarnos a conocer la realidad que llegar a entenderla?



Un mejor mundo posible

8.9.15



—¿Vivimos en la sociedad del fracaso, señor Zizek?
—El éxito y el fracaso son inseparables.
—¿Eso también vale para ‘deconstruir’ la sociedad de consumo? 
—Nuestro principal problema, incluso ahora, es que nos resulta más sencillo imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
—¿Espera el final del capitalismo?
—No estoy en contra del capitalismo en abstracto. Es el sistema más productivo en la historia. Me considero comunista, aunque el comunismo no sea ya el nombre de la solución, sino el del problema. Hablo de la lucha encarnizada por los bienes comunes. Las corporaciones intentan privatizar los recursos naturales, la biogenética o los conocimientos. El capitalismo actual se mueve hacia una lógica de apartheid, donde unos pocos tienen derecho a todo y la mayoría son excluidos.
—¿Entonces, es el fin de las utopías más que el fin del mundo lo que llega?
—No soy un ingenuo, ni un utópico; sé que no habrá una gran revolución. A pesar de todo, se pueden hacer cosas útiles, como señalar los límites del sistema.
—¿Los que marcan esos límites son quienes salen a protestar a las calles?
—Estoy a favor de reuniones y protestas, pero no me convencen frases de sus manifiestos como "desconfiamos de toda la clase política". ¿A quién se dirigen entonces cuando piden una vida digna?
—¿Cómo luchar entonces?
—La verdadera lucha política, como explica Ranciere contrastando a Habermas, no consiste en una discusión racional entre intereses múltiples, sino que es la lucha paralela por conseguir hacer oír la propia voz y que sea reconocida como la voz de un interlocutor legítimo.
—¿Esa voz no está acallada por lo políticamente correcto?
—En el discurso políticamente correcto se esconde una extrema violencia... Este hecho se relaciona con la tolerancia, que actualmente significa su contrario. En los países occidentales desarrollados la tolerancia quiere decir no acoso, no agresión. Lo cual significa: "No tolero tu excesiva proximidad, quiero que mantengas la distancia adecuada".
—Política o contrapolítica ¿dónde queda usted?
—Concibo la noción de lo político en un sentido muy amplio. Algo que depende de un fundamento ideológico, de una elección, algo que no es simplemente la consecuencia de un instinto racional. En este sentido, sostengo que nuestras creencias privadas, en el modo en que nos comportamos sexualmente o en lo que sea, son políticas, porque es siempre el proceso de elecciones ideológicas y nunca es simplemente naturaleza. En este sentido diría que la cultura popular es eminentemente política, y me interesa justamente por eso.
—¿Y la globalización tecnológica?
—Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más necesarios.
—Ese delirio nos hace vivir el espejismo de una mayor libertad y control.
He aquí dos palabras clave: extracción y control. Para administrar una nube es preciso un sistema de vigilancia que controle su funcionamiento, y que, por definición, está oculto a los usuarios. Cuanto más personalizado está el smartphone que tengo en la mano, cuanto más fácil y "transparente" es su funcionamiento, más depende de un trabajo que están haciendo otros, en un vasto circuito de máquinas que coordinan las experiencias de usuarios. Cuanto más espontánea y transparente es nuestra experiencia, más regulada está por la red invisible que controlan organismos públicos y grandes empresas con sus secretos intereses.
—Algo que nos lleva a pensar que no hemos aprendido a vivir todavía.
—El problema es que no nos centramos en lo que realmente nos satisface. Estamos atrapados en una competición malsana, una red absurda de comparaciones con los demás. No prestamos suficiente atención a lo que nos hace sentir bien porque estamos obsesionados midiendo si tenemos más o menos placer que el resto.



Confiscación

7.9.15



El poder ha trastornado tanto el lenguaje que ha vaciado de significantes la comunicación.




Rutinas

6.9.15



Cada mañana sale a caminar. Es una rutina en la que desde hace años gasta un par de horas diarias. Le hace sentirse bien y le deja pensar. Mientras camina, imagina que le crecen unas alas y se siente levitar un palmo sobre el terreno. El tiempo pasa pronto y apenas siente fatiga. Vuelve a casa, mira las zapatillas y entonces recuerda que el vendedor le dijo: usar este calzado es como llevar alas en los pies.





Rostro

5.9.15



Su cara era un poema. En ella se podían leer los versos más tristes esta noche.




Complejos

4.9.15



Un día Peter Pan creció y asumió que su vida había sido una gran mentira.



Odontólogo

3.9.15



Desde que le extrajeran las muelas del juicio no puede masticar ningún razonamiento.




Relojería

2.9.15



El cliente preguntó por qué las esferas de los relojes estaban vacías. El relojero contestó que el tiempo es un como espejo sin fondo.



Mecánico

1.9.15



Reparaba frases estropeadas hechas de viejas palabras.




Precocinado

31.8.15



Era un iluso. No quería enfrentarse a la cruda realidad y se cocinó la suya.




Terapias

30.8.15



Para procurarse autoayuda decidió darse pena.




Despertar

29.8.15



Se acostó con una contradicción y se levantó con otra mujer.



Chapuzas

28.8.15



Dios le dijo a Noé que construyera un arca para salvarse del diluvio universal. Noé, hombre pragmático, contrató un fontanero.



Adaptación

27.8.15



En cada mordisco dejaba su huella digital; era un vampiro muy avezado en nuevas tecnologías.



Mensajero

26.8.15



Casi anochecía cuando el repartidor de páginas amarillas, un hombre de presencia casi incorpórea, me entregó su última guía. Entré en casa y al abrirla observé como se borraban todos los nombres hasta quedar en blanco. En la última página descubrí un nombre y una leyenda: el último habitante.



Método

25.8.15



Mientras golpeaba la cuchara con rabia en el plato vacío otro, junto a él, le preguntó por qué lo hacía. Para matar el hambre —le respondió.



Caminantes blancos

24.8.15



Echó a caminar por la Vía Láctea todo recto y, de repente, se cruzó con un conocido. Le preguntó ¿vienes o vas? Se quedó inmóvil, pensativo, y no supo qué responder.






Sueño profundo

23.8.15



Las hormigas ya se habían desayunado el brazo y parte de una pierna cuando despertó.



Fijación

22.8.15



Tuvieron que llevarle al cirujano para que se lo extrajera porque lo tenía entre ceja y ceja.