Juan Amado Pintor, hombre parco en palabras y bonachón, no pasará a la historia por ningún hito sobresaliente, ni nadie lo mencionará en la Wikipedia. En cambio siempre recordaré que, en cierta ocasión, le escuche decir: «cuando la gente se mira el ombligo no sé qué ve, yo me lo miro y solo veo un ombligo.»
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