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Estirpe

12.10.13



Miguel de Unamuno relata el siguiente aforismo: «Cuenta el viejo Herodoto que vituperados unos soldados egipcios por haber pasado a servir a otro pueblo, e invocándoles el nombre de la patria, contestaron señalando sus partes genitales: donde va esto va la patria». Qué bien viene esto a cuento, cuando cada cual se identifica con una patria, esa abstracción apolillada.



Charla

19.2.13




—Maestro, en estas tertulias vespertinas, Salamanca se hace eterna. Es como para entender el tiempo.
—Sólo con el hoy aquí entenderéis rectamente el ayer allí, y no a la inversa.
—Entender lo que ocurre con los intelectuales de hoy.
—El mundo intelectual se divide en dos clases: dilettantes de un lado y pedantes de otro.
—Se pierden las voces entre tanta sandez.
—Para un hombre inteligente nada hay más difícil que hacer el tonto.
—Más para un tonto que cosa imposible es ser inteligente.
—La ironía es lo que más temen los beocios de todas clases.
—Y la libertad.
—La ironía es la flor de la libertad de espíritu, es el arma más sutil y más eficaz contra el prestigio -prestigio quiere decir engaño- del principio de autoridad y contra la disciplina sin magisterio.
—También el arte está expuesto en estos días.
—Lo más liberador del arte es que le hace a uno dudar de que exista.
—También nos libera la risa.
—El humor en ámbitos morales como el nuestro, hoy es un gran derivativo. Le impide a uno cocerse en su propia sangre enfebrecida.
—Habría que mirarse con desgana.
—El escepticismo vital viene del choque entre la razón y el deseo.
—Y razonar lo que somos.
—La existencia no tiene razón de ser, porque está sobre todas las razones.
—¿Desde dónde pensar, entonces, para ser uno mismo?
—El que calienta las ideas en el foco de su corazón es quien de veras se las hace propias.


En homenaje a mi amigo virtual Juan Poz, registrador de esta bitácora y lujo de comentarista.