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Diálogo con un conceptista

27.10.15



—Señor Gracián, no le parece que hablamos más que escuchamos. 
—Bien está dos veces encerrada la lengua y dos veces abiertos los oídos, porque el oír ha de ser el doble que el hablar.
—Y el hablar la mitad del mentir.
—El mentiroso tiene dos males: ni cree ni es creído.
—También el presuntuoso.
—El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.
—Y eso es un error.
—Errar es humano pero más lo es culpar de ello a otros.
—Y confiar también.
—La confianza es madre del descuido.
—¿Tenemos capacidad de elección?
—La verdadera libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer.
—¿Y el verdadero pensamiento?
—Pensar bien es fruto de la racionalidad. A los veinte años reina la voluntad, a los treinta el ingenio, a los cuarenta el juicio.
—¿Y de la amistad que puede decirme?
—Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
—Bien conoce la naturaleza del hombre.
—Visto un león están vistos todos, pero visto un hombre sólo está visto uno, y además mal conocido.
—Y además somos poca cosa.
—Ser eminente en profesión humilde es ser grande en lo poco, es ser algo en nada.




Plática

12.11.13



—Acabado el día lo mejor es migrar hacia el mar de las sábanas, allí van todos a soñar.
—Es mejor consultar las cosas con la almohada a tiempo que perder el sueño por su causa después.
—Después de rematar la faena, señor Gracián.
—Obró mucho el que nada dejó para mañana.
—Sabia decisión.
—El primer paso de la ignorancia es presumir de saber, y muchos sabrían si no pensasen que saben.
—Y se equivocan.
—Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.
—Y callarse.
—El que se adelanta a confesar el defecto propio, cierra la boca a los demás.
—Y se da por sabido.
—Saber y saberlo demostrar, es saber dos veces.
—Cómo sí no, mi admiración por su obra.
—La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida.
—Y que nos consuele el amor.
—Amar es el más poderoso hechizo para ser amado.
—Y para ser sentido.
—Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió.



Camaradería

18.10.11




—Usted siempre enemistado, aunque sea con el mundo.
—Triste cosa es no tener amigos. Pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tiene, señal de que no tiene talento a quien haga sombra, ni carácter que abulte, ni valor que le teman, ni bien que le codicien, ni honor que le murmuren, ni razón alguna que le envidien.
—Para qué quiere uno enemigos.
—Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
—A veces con los amigos basta.
—De los amigos ofendidos salen los peores enemigos: añaden a su defecto todos los ajenos.
—Dime con quién andas y te diré quién eres.
—Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene.
—Va a ser que no aprendemos nada en la experiencia, señor Gracián.
—A los veinte años un hombre es un pavo real, a los treinta un león, a lo cuarenta un camello, a los cincuenta una serpiente, a los sesenta un perro, a los setenta un mono, a los ochenta nada.
—Podemos echar balones fuera.
—Errar es humano pero más lo es culpar de ello a otros.





15-M Es hora de que nos escuchen, tomemos las calles del mundo »

Si la emoción es apta para destruir resulta especialmente inepta para construir nada. Las gentes de cualquier clase y condición se reúnen en las plazas y gritan los mismos eslóganes. Todos están de acuerdo en lo que rechazan, pero se recibirían 100 respuestas diferentes si se les interrogara por lo que desean. Zygmunt Bauman, filósofo