Cansancio de saber

14.10.25


A veces abruma intentar comprender todas las cosas y, entonces, se entiende que el conocimiento es algo agotador. Vivimos en un tiempo que ha hecho del saber una obligación, del pensamiento un rendimiento y de la comprensión un modo de control. Nos sentimos responsables de entenderlo todo, incluso aquello que apenas puede ser sentido.

Cioran decía que se enferma de lucidez por pensar demasiado porque el conocimiento, más que redimir nos extrae el sosiego animal condenándonos a un exceso de conciencia que termina por consumirnos. Quien piensa sin tregua acaba percibiendo el vacío que sostiene las cosas, y ese vértigo no tiene cura.

Pero frente a una lógica agotadora de la explicación total hay quien propone una línea de fuga que se escapa de todo sistema cerrado. No se trata de dominar lo real, sino de habitarlo, de crear nuevas formas de vida en lugar de intentar descifrarlas todas.

Tal vez el agotamiento que sentimos al intentar comprenderlo todo provenga de la tensión entre saber demasiado y lo que creemos entender.

Saber que el conocimiento tiene límites nos devuelve una cierta ternura por lo incomprensible. No todo lo que existe está hecho para ser explicado porque algunas cosas solo pueden acompañarse en silencio. Quizá la auténtica lucidez no consista en saber más, sino en saber detenerse, en dejar que el misterio siga respirando por nosotros.


3 apostillas:

Toy folloso dijo...

Le comento a los amigos que, el llenar el cerebro con un exceso de conocimientos, puede hacer que colapse, y que ello cueste un montón de sesiones de psiquiatra para recomponerlo -si fuera posible-. Me preocupa, de verdad.
Y uno contesta: "Yo de tí, estaría tranquilísimo al respecto...".
¿Me cabreo?.

francisco m. ortega dijo...

No, jajajaja

Joselu dijo...

Continuamente intento comprender más cosas, más conceptos, más ideas o sesgos humanísticos o científicos pero es inútil, Francisco, no lo retengo, lo comprendo cuando lo leo y quiero guardarlo en mis neuronas pero no es posible. Mi mente tiene límites a mi pesar, que no puedo sobrepasar. No me importaría tener memoria fotográfica para retener todos los libros que leo, todas las investigaciones que emprendo, que son muchas, pero no la tengo y olvido como si mi depósito mental estuviera saturado. No veo que el conocimiento tenga límites, los tiene nuestra mente -cada uno conoce la suya- . Y eso de dejar que el misterio siga en nosotros es una bella forma de decirlo. Somos limitados y el conocimiento es tan extenso que es imposible abarcar ni una brizna del mismo, una pena.