Asidos
2.10.18
Camino urgente y apresurado por la calle. Inesperadamente me encuentro con ‘Antonini’. Al despedirnos nos damos un abrazo como si no nos fuéramos a ver más. En ese momento caigo que han pasado diez o quince años desde la última vez que hablé con él, algo que proyecta mi pensamiento a un futuro de similar o mayor distancia cronológica.
Igual me lo vuelvo a tropezar mañana o el domingo que viene, pero igual no. Y eso ha hecho que el abrazo sea profuso, único y sentido, como si fuera el último abrazo, como si fuera el más intenso, sincero y emotivo apretón que nunca nos hemos dado. ¿Acaso no nos despedimos, cada día y sin saberlo, de todo aquello que no vuelve?
Etiquetas: abrazo, historias, personajes
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2 apostillas:
Cada noche deberíamos confirmar de habernos despedido de cosas y personas correctamente. Ese abrazo que narras, me parece acertado para tu amigo y para cualquier amigo.
Un abrazo
Abachoooooo
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