Tiempo muerto

22.1.10



El tiempo es como el tejido epidérmico. Los segundos se nos caen como células muertas. Bajan por las cañerías del recuerdo hasta el olvido. A veces me tienta resucitar ese tiempo muerto.

Miro con el catalejo de la memoria y busco un recuerdo temprano. Me veo, muy niño, enfermo en cama, la radio encendida y una agradable voz de mujer como compaña. Noto la luz de una mañana luminosa, advierto mi ingenua imaginación por penetrar dentro de aquel artilugio a conocer a ese primer amor. Me siento prisionero en un pijama, las alas cortadas.

Por fortuna queda una caricia de mamá en casa.

5 apostillas:

Juan Navarro dijo...

Resucitar el tiempo puede ser, en parte, como inventar los sueños, una entelequia. Aunque también es alimento la entelequia.

María dijo...

¡¡Qué bonito te ha salido, Francisco!!

Pero ¡¡qué bonito!!

Los recuerdos de la infancia, son como el salvavidas en los tiempos difíciles...No sé por qué, todos nos acurrucamos en ellos, cuando el presente no es, todo lo bueno y confortable que nos gustaría...

Pero para mi, el tiempo en realidad y en general, lo que es, és... MI MAYOR ENEMIGO...

Muchos besos.

Joselu dijo...

Hermosa evocación e la infancia en este blog polimórfico y proteico que permite la indagación filosófica, los pensamientos paradójicos, las nostalgias de lo pasado,la reconstrucción del tiempo ido. Eres afortunado al tener todavía esa caricia de mamá.

zim dijo...

Se recuerdan por lo inusuales, esas mañanas entre sábanas, la luz tamizada a través de los visillos, el solícito cuidado de la madre, la taza de caldo tomada en la cama ... entre tantas y tantas otras recorriendo el camino hacia la escuela, con frío, con lluvia o con sol: inexorable destino el de los pasos de un niño

Maria Coca dijo...

Con el tiempo somos conscientes de que, en la mayoría de las ocasiones, el tiempo muerto vivido ha sido el más vivo de todos. Siempre lo recordaremos.

Besosss