Interacciones

1.12.09



— Hubo un tiempo en que creí en la felicidad.

—¿Tan desgraciado te sientes que has dejado de creer?

—No es eso. Es ella la que ahora no cree en mí.

—La infaustidad crece entre quienes se alimentan de lamentaciones.

—También entre quienes son colmados por el azar y desposeídos al momento.

—El retranqueo en la física de la satisfacción no es bueno.

—Tampoco pienso que sea lo mejor la química de las emociones.

5 apostillas:

Kenneth Moreno May dijo...

Hay que penetrar en los fenómenos hasta que la materia desaparezca.

Sumergirse en el meimportaunculismo de la mecánica cuántica.

que pena la groseria

Mechi.- dijo...

Lo bueno de la quimica entre las emociones es que aunque repitas el experimento, nunca te va a salir igual y posiblemente el resultado sea muy diferente

Juan Navarro dijo...

Pero es que la felicidad se mueve en la química de las emociones.

Marta Domínguez Senra dijo...

Ya ves, y cuando yo no creo en la felicidad no es que me sienta desgraciada o infeliz. El desengaño es lo que nos permite verdaderamente disfrutar y no por buscarle no sé cuantos pies al gato. Junto con otras cuestiones, estoy con la Madre Teresa de Calcuta en que las emociones engañan.
Qué buenos el post y los comentarios precedentes.

Joselu dijo...

No sé, la verdad. La felicidad son momentos que no la buscan. Están ahí. He sentido mucha felicidad en la vida, también mucha infelicidad. Supongo que lo uno está por lo otro, pero no sé.