Incordio

28.7.09


—No te habían dicho nunca que escribes como un niño repelente y sabelotodo.

—Ciertamente, no que recuerde —se defendió resignado—.

—No entiendo nada de lo que escribes, me resulta incomprensible.

—Es difícil saber qué lectura prefiere cada lector.

—Pero podrías ser más claro, citar nombres más comunes —insistió en su ironizada crítica—.

—El aprendizaje de la escritura lleva aparejado el interés por todo lo insólito.

4 apostillas:

María dijo...

Personalmente, a mi "la" única repelente y además desagradable ( porque seguro que es una chica) es ella, además de incordiona, gris y mediocre.
Y él, pobre cielo, justificándose... ¡¡¡santa paciencia!!!

Un abrazo.

Anónimo dijo...

volveré por aquí, apuntas bien..

Brick de garbanzos dijo...

Las curvaturas del ego que describes son hábito general. Se me ha escapado una sonrisa, como siempre.

Un saludo.

Ex-compi dijo...

Lo que mas sorprende es el cabezón que tiene el que escribe a diario desde hace tantos años en esta blog y sin descanso.