Rebosamientos

29.5.20



Escribir es abundar en la soledad de la compañía de una multitud de ideas.



En tinieblas

28.5.20



Licimnio de Quíos, poeta clásico, escribió: «Algo, una mano de ternura, tras el intenso sueño de la vida, que venga a reponer el feble cuerpo». Si tomo la cita literalmente, igual que me levanto voy y me acuesto.



Testeados

27.5.20



La lucidez hiere y su dolor da la conciencia de estar vivos.



Abdicaciones

26.5.20



Nunca pierdas la esperanza porque estarás perdido tú también.



Artificios

25.5.20



Detrás de una risa falsa vive una persona adulterada.



Caco

24.5.20



Era un ladrón de poca monta. Solo robaba insignificancias.






Amarraduras

23.5.20



Lo sumiso ata más que lo opresivo. 



Silencio final

22.5.20



El primer día que dejé de escuchar los aplausos me sentí solo, muy solo en el mundo, con una soledad ubérrima. Ese silencio es único y es antesala del ruido de fondo que nos aturdirá de nuevo.



Sobrellevamos

21.5.20



Una persona se redime en función de la cantidad de azar que es capaz de soportar.




Renovaciones

20.5.20



Nadie se molesta en soñar, nuevamente, las cosas ya soñadas.



Libros ergódicos

19.5.20



El libro no es la lectura ni es la escritura porque ambas existían y existirán en un antes y un después, por mucho que imploren sus diletantes amantes. 

Una vez más me topo con un ensayo sobre la aquiescencia del libro donde se vuelve a confundir la escritura y la lectura con su soporte. El libro no es más que un formato que reproduce estas dos acciones y su sempiterna presencia en este último medio milenio, no es más que un periodo corto si contamos desde la protoescritura de hace seis mil años hasta la tecnologización, en la que se han contado millones de historias. 

Apenas los neolectores digitales superen a los analógicos, el libro en papel tendrá un rol menos preponderante que en la actualidad. 

La obra literaria ya no es la obra en su modelo clásico porque sus límites se han ensanchado hasta hacerla irreconocible desde los cánones académicos.



Apagamientos

18.5.20



Hecateo de Abdera, pensador de la escuela escéptica, confesó: «A veces pienso en la asombrosa persona que no fui. Y entonces me consumo como una llama de nostalgia». Ese es un anhelo repetido durante siglos y albergado en diferentes huéspedes que no ha de cesar hasta el final.



Consola

17.5.20



Los padres buscaron al niño con determinación, lo habían dejado embebido en un videojuego en el que pasaba muchas horas. Al principio con intranquilidad y después, tras auscultar hasta el último rincón de la casa, con desesperación. No comprendían que hubiera desaparecido porque las cámaras de seguridad probaban que no había salido de la vivienda. Pasados varios meses quedaron paralizados mientras un anuncio en televisión publicitaba un videojuego donde el protagonista era su hijo.



Colocación

16.5.20



«Los signos inertes de un alfabeto se vuelven significados llenos de vida en la mente. Leer y escribir alteran nuestra organización cerebral», mantiene Siri Hustvedt. Perspectiva que hace comprensible el desorden mental de tantos individuos en la actualidad.



Antilogía

15.5.20



No me gusta hablar de mí; soy insignificante.



Arbitrajes

14.5.20




A veces la esperanza solo es un acto de reconciliación ante nosotros mismos.



Aforísticos

13.5.20



Cada persona debe encontrarse con el aforismo que es.



Socratismo

12.5.20



Puedes ser el creador de un sistema de pensamiento; puedes haber desarrollado una amplia formación intelectual; incluso estar en posesión de un amplio acervo popular. Y, aun así, desconocer el verdadero arte del conocimiento.



Designio

11.5.20



El propósito de toda acción es su consecuencia.



Reclusiones

10.5.20

Un amigo que habita una vieja casa en soledad me cuenta por teléfono, después de más de una cincuentena de días encerrado: «Hay zonas de la vivienda que prefiero no visitar como es el caso del trastero. En ese desván habitan los antiguos dioses romanos del hogar. No me apetece encontrarme con ellos y pedirles explicaciones sobre lo que han hecho». 
«Esta casa es tan grande y tan mayor que hay días que me cruzo conmigo y me saludo. Y por esa misma razón tampoco subo a la logia. Mi entretenimiento es recorrer el patio por fuera de las columnas. Cada maceta colocada allí representa un antepasado mío. A veces discutimos tanto que termino agotado entre el ejercicio y la cháchara. La biblioteca en cambio me reconforta, no por la lectura si no porque me siento arropado por tantos personajes circunscritos a sus páginas, mientras escucho el resuello de sus murmuraciones. La cocina es la encrucijada de los caminos donde concurren todos mis pesares, que alivio guisando viejas recetas compiladas por mi madre en hojas amarilleadas y grafías cuidadosas. Ahora, con el desconfinamiento, mantengo una distancia social de dos metros con mi sombra». 
«Y lo mejor es que no tengo prisa por llegar a ningún sitio ni pienso que vaya a tenerla nunca más».