Riqueza pública, miseria privada

15.6.16



—Señor Judt, cada día somos más desiguales.
—La desigualdad económica exacerba los problemas.
—Con tanta riqueza como hay.
—No importa lo rico que sea un país, sino lo desigual que sea.
—Y eso tiene consecuencias.
—Cuanto más igualitaria es una sociedad, más confianza reina en ella.
—Y la confianza es importante.
—La falta de confianza es claramente incompatible con el buen funcionamiento de una sociedad.
—No nos gobiernan bien.
—Lo único peor que demasiado gobierno es demasiado poco.
—Parece que respetan poco la vida.
—El hombre más pobre tiene una vida que vivir, igual que el más poderoso.
—Cada vez se imponen fórmulas neoliberales.
—Keynes demostró que ni el capitalismo ni el liberalismo sobrevivirían mucho tiempo el uno sin el otro.
—Y por eso buscamos el estado del bienestar.
—El estado del bienestar entraña la protección de la mayoría débil frente a la minoría fuerte y privilegiada.
—A pesar del egoísmo.
—Por muy egoístas que seamos, todos necesitamos servicios cuyos costes compartamos con nuestros conciudadanos.
—Pero se sigue haciendo poco caso a los más necesitados.
—Los pobres votan en mucha menor proporción que los demás sectores sociales, así que penalizarlos entraña pocos riesgos.




Temor

14.6.16



El miedo es una prisión sin rejas.



Retiradas

13.6.16



Marco Aurelio pensaba que «abstenerse de la imitación es la mejor venganza». Porque hay que recordar que toda emulación es una forma honesta de la adulación.



Dos noticias

12.6.16



Recibió dos noticias una buena y una mala. Cuando le llegó la buena noticia su corazón se esponjó, sus pulmones se hincharon y una sensación de bienestar recorrió todo su cuerpo. Apenas extasiado en su estado efusivo por la buena noticia recibió la mala noticia. Todo aquel estado placentero se plegó arrugando su corazón y anegándolo de tristeza. La buena noticia no tenía ningún efecto porque la mala lo anulaba, aunque tampoco podía sentirse triste porque la buena noticia lo alegraba. Por momentos se hundía y se levantaba, sonreía y lloraba, dependiendo qué idea predominara en su mente.
La buena noticia era que no solo había una mala noticia y la mala noticia que no solo había una buena noticia.



Rutinarios

11.6.16



El filósofo e historiador, Eufanto de Olimos, advertía: «la rutina es una muerte anticipada». Todo hábito mata la novedad y anula la reflexión.



Buenas letras

10.6.16



Me dijo que su anhelo era escribir bien y me lo dijo con 55 años cumplidos y más de treinta años en el oficio, recorriendo redacciones y trabajando a destajo. ¿Qué es escribir bien?, me pregunto cada día cuando abordo esta tarea de idear narrativas cómplices o extrañas. ¿Escribir bien es estar sentado detrás de cada palabra esperando su sacrificio en pos de una idea? ¿Escribir bien es desnudarse ante uno mismo y ser honesto desde la honda sencillez de nuestras vidas? ¿O es quizás desangrar el alma para verter lo más recóndito de lo que sentimos? No sé qué es escribir bien aunque admiro la buena escritura.



Incertidumbres

9.6.16



¿Dudar de la duda es estar en lo cierto?



Viviendo sin dioses

8.6.16



—Señor Ismael Leandry Vega, ¿están de moda los fundamentalismos?
—Una persona fundamentalista no admite posibles interpretaciones sobre la doctrina en la que cree y no tolera que alguien la relativice o limite su alcance.
—¿Defiende la libertad de culto?
—El derecho a la libertad de culto, no es otra cosa que el derecho que tiene una persona para escoger cómo embrutecerá parte de su pensamiento racional con estupideces religiosas.
—No tiene buena opinión de la religión.
—Las religiones y los líderes religiosos lo que fomentan dentro de sus congregaciones es la vaguería intelectual.
—Pero somos una sociedad más culta.
—La sociedad actual, aunque más educada, pasa menos tiempo profundizando en pensamientos importantes.
—No hemos avanzando tanto entonces.
—Durante siglos, la razón humana ha sido amordazada por la intolerancia y el fanatismo religioso.
—No le gusta la crítica.
—La mayoría de los religiosos, mientras piden que se les garantice su derecho a la libertad de expresión para poder criticar los estilos de vida de la sociedad, les piden a los gobernantes y a los jueces que la libertad de expresión que tienen los ciudadanos para criticar a las religiones y a los líderes religiosos sea eliminada, penalizada o, por lo menos, severamente regulada.
—¿Y qué hacer?
—Tenemos que hacer todo lo posible para informales a las personas que los dioses, que fueron creados a nuestra imagen y semejanza, no existen.



Aliento

7.6.16



Sin ilusión el ilusionismo de vivir carece de trascendencia.



Topografía personal

6.6.16



Marcel Réja confesaba: «viajo para conocer mi propia geografía». Ese es un viaje donde tantas veces me pierdo por insólitos territorios, por un mapa personal desconocido.



Alimentación

5.6.16



Qué tendría que ver —se preguntaba— aquel «cómete la comida que en África hay muchos niños pasando hambre», con no querer probar bocado de lo que había cocinado mamá.



Contrapuesto

4.6.16



El poeta Licimnio de Quíos escribió: «el silencio es la lámpara de la palabra». Nada prestigia más a la luz que las sombras.



Criaturas

3.6.16



Yves Bonnefoy advierte que «la palabra, las palabras, están en el centro de todo. Son el embrión que no solo describe y señala y nombra el mundo sino que lo ordena y puede salvarlo, reordenarlo. La palabra es nuestra principal conexión con la realidad y la poesía su mejor vía. Por eso es necesario que las liberemos de ese yugo en el cual las hemos metido». Y es cierto que estamos hechos de tiempo pero también estamos hechos de palabras que son las que nos pronuncian. Su libertad es nuestra libertad.



Atributos

2.6.16



¿La condición de cada persona es la jueza de su fortuna?



Conversación con un nómada

1.6.16



—El número de vidas en un cuerpo envejecido es insoportable.
—Eso es porque hemos ido naciendo cada día, señor Nooteboom.
—Nunca podremos imaginarnos tanto futuro como pasado tenemos.
—No hay memoria para tanto olvido.
—El recuerdo es como un perro, que se echa donde le apetece.
—Los humanos nos echamos sobre aquello que muere.
—Me desperté con la ridícula sensación de que tal vez ya estaba muerto, pero en ese momento no pude determinar si ya estaba muerto de veras, si había estado muerto, o si por lo contrario no lo estaba. La muerte - había aprendido- no era nada, y si estabas muerto -esto también lo había aprendido- se paraban todas las consideraciones.
—Cuánta dificultad.
—Si se me preguntara qué es lo más difícil diría que la despedida de la mesura. No podemos prescindir de nada. La vida es para nosotros demasiado vacía, demasiado abierta; hemos inventado de todo para aferrarnos a ella: nombres, épocas, medidas, anécdotas.
—Vivir agarrarse al éter de la existencia.
—No creo en una vida después de la muerte, pero mi privilegio es imaginar lo que pudo haber sucedido.



Reclusiones

31.5.16



Me he retirado al mundo de la nada. Y ahora no hay mundo ni hay nada.






Conformismos

30.5.16



Balzac defendía que «la resignación es un suicidio cotidiano». La vida es un cajón de acomodos; vivir es inmolarse lentamente.



Sanos

29.5.16



Como la envidia era sana la nobleza fue considerada una enfermedad.



Peligrosidad

28.5.16



Pródico de Ceos, uno de los primeros sofistas, solía pregonar que «vivir es un oficio peligroso». Y tanto porque terminas por perder la vida, algo que aun sabiendo bien pronto no nos alecciona lo suficiente como para vivir como quien vive al borde del abismo.



Vocación

27.5.16



Reflexionando sobre el hecho de ser escritor recuerdo toda la energía destinada a ese empeño durante mi juventud. Más que la escritura en sí estaba el hecho de producir páginas y extraviarme en la prosa y el verso, afanoso de engordar un currículo que respaldara esa denominación de escritor.

Ahora, después de tantas páginas escritas, de invocar la palabra y ahogarme en los textos, es cuando más apocado tengo el sentimiento de ser escritor, cuando menos siento la necesidad de significarme en el mundo de las letras, agotado el furor juvenil y libre de la ambición adulta.

Es, en este momento, cuando reposan las letras en el exilio de la literatura, en la frontera de la identidad perdida, en lo transliterario, donde lo que menos importa es ser función de escritor y sí vivir dentro de ella.