Competiciones

15.2.23



La vida es una contrarreloj frente al tiempo.




Desnortaciones

14.2.23



Solo el silencio nos orienta dentro del ruido.



Deferencias

13.2.23



Siempre somos suposiciones de aquello que no fuimos.



Gastronomía verbal

12.2.23



—Me pone unas oraciones.
—¿Cómo quiere la frases hechas o más bien crudas?



Motivos

11.2.23



No hay que dar consejos, solo pie a la reflexión.



Prótidos

10.2.23



La lectura es una proteína de la inteligencia.



Atosigadores

9.2.23



Te encuentras a quienes, tratando de razonar sus equivocaciones, inventan realidades similares a la acción de su error.



Forenses

8.2.23



Exhumar las ideas de la fosa del olvido, escavar en la tierra de la desmemoria, hasta encontrar los restos de lo que fuimos.



Emanaciones

7.2.23



Cuando las preguntas no surten efecto, ¿solo queda esperar réplicas irresolutas?



Congojas

6.2.23



Acostumbrados a vivir en una pecera si nos echan al mar nos ahogamos.



Un ladrón en bicicleta

5.2.23



Heredero de la picaresca Jean-Luc se entrega a su destino y es capturado con un tiro en la pierna. Desconocemos su faz, pero sabemos, por las noticias, que su azar ha sucumbido ante la eficaz tarea de la policía de las buenas costumbres. El ingenio era atrevido y sin embargo la sutil balanza de la suerte volcó su fiel hacia el lado hostil de la delincuencia. Había llegado en barco, como un noble marinero que va de puerto en puerto, solitario, midiendo las distancias de la noche por estrellas, quemado su rostro por la sal y por el sol. Bordeando las costas imaginó un ingenioso plan, desembarcó y comenzó a pedalear en bici hacia la ciudad extraña, y observó que las cosas estaban en su sitio. En su lugar el banco. Entró y pidió un gran fajo de billetes para continuar su travesura alrededor del mundo. Todo fue amabilidad y no hubo resistencias. Se marchó feliz, nuevamente pedaleando. Un ciclista no levanta sospechas entre los circunspectos ciudadanos. Sólo un detalle le delató: la memoria olfativa de la cajera que se acordó del olor a salitre.



Surtidor

4.2.23



Si leo algo que me gusta, palidezco y reflexiono sobre lo creado que ha sido arrebatado de mi inventiva. Afortunadamente la creatividad es una fuente incesante.




Callados

3.2.23



Es mejor no hablar tanto y así no llenar el espacio de vaciedad.



Soportes

2.2.23



Sobre el portarretratos del recuerdo, la juventud siempre aparece hermosa.



Averiguamientos

1.2.23

 

¿Interrogarse a sí mismo es una pregunta retórica?



Patrones de pensamiento

31.1.23



El aforismo no es una frase: es una estructura mental característica. Por ello hay quien piensa en aforismos.



Lectoría

30.1.23



Las lecturas de libros son estimulantes; la lectura del mundo es reveladora. Por eso leer nos significa.




La guerra que viene

29.1.23



Cuando era pequeño siempre tiraba a dar y preferentemente iba con los malos, si bien aquel sueño le convirtió en pacifista de la noche a la mañana. El fantasma de Eduardo, un niño que se ahogó en la acequia donde se bañaban desnudos en verano, se le presentó mojado y pálido en una pesadilla y le contó: la guerra del futuro será la más terrible de todas las batallas. Maléfica porque el efecto destructor de las conflagraciones constantemente ha superado, al menos en un ápice, a la anterior. En un pacto de cordura, las beligerancias deberían hacerse con tirachinas, como las que practicábamos nosotros, por ese poso bélico que alberga el espíritu humano y que de alguna manera tiene que sublimar. Es cierto que la mejor contienda es que no haya ninguna, no obstante, ese ninguna parece conducir a cuando no quede nadie. Probable aseveración para los que han calculado repetidas veces que el tercer conflicto mundial vendrá y sucederá como el más limpio, puesto que, en lo tocante a matar, la muerte aparecerá de la mano de unos átomos respetuosos con el medio ambiente pero letales para la frágil vida humana. Por otra parte, aconseja el viejo dicho «dos no se pelean si uno no quiere» y, sin embargo, no faltará quien azuce y meta baza para sus intereses, hasta llegar al enfrentamiento. Por tanto, la última de las grandes epopeyas bélicas será de risa, aunque muy seria, ya que después de todo lo peor no es perder, sino observar la cara que le queda al perjudicado. Y esa es la esencia de la estrategia: la humillación. En esa conflagración no habrá más fiambres, al conocerse que los muertos dan mala reputación en las noticias del día y, a lo sumo, se morirán de vergüenza, nunca de un balazo letal y traicionero que lo ponga todo salpicado de sangre: bastará que se mueran por el bochorno. Los avances tecnológicos dotarán a los ejércitos de pequeños drones con tal inteligencia que éstos buscarán el cañón del arma enemiga hasta inutilizarla, enviando al enemigo al desempleo. Mediante rayos láser se narcotizará a los soldados contrarios incidiendo en su sistema simpático, lo que les provocará tal entusiasmo que saltarán locos de alegría y desertarán en pos de la fiesta. Generadores de ultrasonidos causarán en los batallones antagonistas, incontenibles descomposiciones, y lanzadores de materia viscosa con cualidades de mucosidad atraparán a la tropa en una bola pegajosa imposible de zafarse. No faltarán tampoco las armas sicológicas con mensajes personalizados al móvil de cada combatiente donde, públicamente, se airearán cuáles son sus defectos, vicios y secretas ruindades siendo reconocidas en todas las redes sociales. Al despertarse se notó aliviado sin saber que había comenzado la guerra que viene.



Contagiosos

28.1.23

 

Hay personas con las que siempre sabemos reír.

Sin dilaciones

27.1.23



Cada vivencia atesora un pulso de la existencia.