No Nobel
11.10.25
¿Quién me mandaría a mí meterme en el berenjenal de la escritura? Es algo enfermizo ahora que lo miro desde esa cumbre que es la edad. No me ayuda a resolver problemas, no me hace ganar dinero, me procura bastante torpeza frente a otras habilidades sociales y me frustra cuando no logro la perfección creativa. Igual es que cuando dan el premio Nobel de Literatura y no suena mi nombre, me deprimo, o me vengo abajo cuando leo entrevistas de autores rutilantes que ganan mucho dinero. Puede que sea eso o que debo enfrentarme a la ardua tarea de estar vivo y resolver angustiosos asuntos burocráticos. Ahí sí que hay buena literatura, en esos despachos y en esos retruécanos administrativos, cómo para escribir de ellos en placentera e inútil venganza.
Etiquetas: comentario, escribir, reflexión
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En el año 2024 se publicaron en España 89347 libros -59937 en formato papel y 29410 en formato digital-. Teniendo en cuenta que España no es un país demasiado lector, hay que concluir que son excesivas publicaciones para poder tener acceso los autores a unos ingresos proporcionados por la escritura. Esto es lo normal. En España, menos de cincuenta autores pueden vivir de sus publicaciones. Son muchos los llamados, pero pocos los escogidos. Y de los que viven de la escritura tienen que combinarlo con charlas, artículos periodísticos, colaboraciones, traducciones... A lo más que se puede aspirar es a tener una cierta fortuna crítica, que alguien se fije en ti y te haga una crítica formidable como le ha pasado a Dimas Mas por su penúltimo libro sobre Fritz Perls. Espero que la crítica de Ángel Basanta le abra puertas, así lo deseo fervientemente. No es un mundo fácil. Y entre los que triunfan, predomina el tipo bestseller que son los que venden a millares. La buena literatura no gusta sino a un sector extraordinariamente limitado, solo hay que ver los escaparates de las librerías. No tiene sentido lamentarse por haber escogido libremente algo en que ni siquiera los muy buenos logran vender libros. Por cierto, el último premio Nobel, László Krasznahorkai merece la pena. He leído uno de sus libros y he adquirido otros, es el escritor del desasosiego y el apocalipsis.
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