Dadores

7.3.25


Somos más lo que damos que aquello otro que recibimos.



5 apostillas:

Joselu dijo...

Y tú, ¿cómo te consideras?¿dador o receptor?

Francesc Cornadó dijo...

Me pregunto si lo que doy gustará al receptor

JLO dijo...

Lo que damos nos define. Saludos

Joselu dijo...

En el juego sadomaso son patentes el papel pasivo y el activo. Al parecer, te identificas con el activo, pero no es menos fascinante el papel pasivo y receptor. El activo puede concordar con la arrogancia de pensar que se es imprescindible, pero el pasivo siempre es humilde, siempre dispuesto a recibir.

Anónimo dijo...

Esta es una de esas reflexiones que nos invita a detenernos y replantearnos nuestra forma de vivir y relacionarnos con los demás. En un mundo donde a menudo nos enfocamos en acumular —experiencias, bienes, likes, reconocimiento—, esta frase nos recuerda que el verdadero valor de nuestra existencia no está en lo que obtenemos, sino en lo que aportamos.

Es como si la vida nos estuviera diciendo: "Oye, no te defines por lo que tienes, sino por lo que das". Y es que, cuando damos, ya sea tiempo, amor, apoyo o incluso una simple sonrisa, estamos dejando una huella en el mundo que va más allá de lo material. Esa esencia de generosidad, de entrega, es lo que realmente nos construye como personas y nos conecta con los demás.

Claro, no se trata de dar hasta quedarnos vacíos, sino de encontrar ese equilibrio donde el acto de dar nos llene tanto a nosotros como a quienes reciben. Porque, al final del día, ¿qué sentido tiene acumular si no compartimos? Esta frase es un llamado a la acción, a vivir con el corazón abierto y a recordar que, en el gran balance de la vida, lo que damos es lo que realmente cuenta. ¡Y vaya que cuenta! Porque, como bien dice, somos más eso que damos que cualquier otra cosa. ¿No crees?