Última solución

29.9.20



De niño jugaba al fútbol en campos destartalados mientras soñaba despierto que estaba en un impresionante estadio y yo era un gran delantero. De joven dibujé planos de edificios con arquitecturas imposibles y croquis con diseños de construcciones sublimes. Las patadas arruinaron mi estrellato futbolístico y las matemáticas enterraron mi carrera de urbanista. Al final no quedó otra cosa que no fuera escribir.



3 apostillas:

Joselu dijo...

A otros ni siquiera les queda eso.

Juan Poz dijo...

"No quedó otra cosa" no le hace justicia a una pasión que suma las otras dos con gusto y, si es posible, estilo...

Maruja dijo...

Ha sido un placer leerte. Un saludo.