Negocios
5.1.20
La jornada había finalizado y, tras el recuento del dinero, el saldo resultó ser muy provechoso para sus intereses y el esfuerzo valió la pena. Vendieron más mentiras que nunca porque se beneficiaron, en parte, de que esa fecha se hubiera declarado en Día de la Credulidad. También porque los sofismas estaban en periodo de rebaja y las falacias se ofertaron a un llévese tres y pague dos. Además, el comercio online aumentó la compra de embustes, noticias falsas y fraudes de manera considerable. En cierto modo, en aquella sociedad, el consumo de falsedades y engaños daban mucho prestigio.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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2 apostillas:
Lamentablemente la política nos remite a ese puesto de mercado, con mercancía sólo apta para los crédulos.
Un abrazo
Consumimos mentiras con gula. Y es que siempre se ha dicho que la verdad es amarga.
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