Riesgos laborales

20.10.19



Se dedicaba a la venta de bebés. El último mes había sido especialmente estresante dado el considerable aumento de volumen. Cuando hay mucho género, los cuerpecitos desprenden un aceitillo sudoroso que impregna las manos y atraviesa la piel. Había olvidado usar guantes y ahora se había infectado con aquel líquido cuyas propiedades afectaban a la sinapsis neuronal, cambiando radicalmente la manera de pensar. Lo sabía desde el principio, cuando aceptó el trabajo, por cuestión de dinero y no por vocación. Ahora tendría que soportar las consecuencias porque no existía ningún antídoto para el contagio. Comenzó a sudar y sentirse mal cuando aparecieron los primeros síntomas de autonepiofilia.



3 apostillas:

Albada Dos dijo...

Ese oficio no era bueno. Ahora a buscar ropa de bebé de su medida.

Un abrazo

Gustavo Aguilar Alterno Espiraaaal dijo...

Seguiré entrando a tu blog, buen día.

José A. García dijo...

Nunca descartaría la posibilidad del suicidio ante semejante enfermedad.

Saludos,

J.