Transparentes
16.11.18
Al pasar por la puerta de un taller de tatuajes he sentido un deseo irrefrenable de entrar a hacerme uno. Ya dentro, le he pedido al grabador que me dibuje un verso en la frente. Eso sí, le he dicho que lo haga con tinta invisible. Al salir he tenido la sensación de que todo el mundo con quien me cruzaba me estaba leyendo el pensamiento.
Etiquetas: historias, personajes, tatuaje
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1 apostillas:
Qué bueno, amigo. Chapeau.
Un abrazo
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