—Como dijo mi amigo, el cineasta Fernando Birri: «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».
—O para andar por un mundo de locos.
—Habitamos un mundo al revés por la sencilla razón de que es un mundo que recompensa la especulación y castiga el trabajo. Entonces es un mundo al revés porque recompensa al revés, recompensa lo que debería castigar y castiga lo que debería recompensar.
—Es el signo de los tiempos y de la infelicidad.
—El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para ‘ganar tiempo’ o para ‘pasar el tiempo’, se apoderan del tiempo.
1 apostillas:
Un optimismo desencantado, sin capa brillante por encima, pero que te obliga a seguir buscando... En la otra esquina del mundo, Cohello nos vende la felicidad embotellada con prácticas recetas...
cada uno elige su camino, ¿no?
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