Orden y caos

9.12.14



—¿Es tiempo de caos frente al orden señor Escohotado?
—En contraste con nuestros antecesores, ahora sabemos que lo descartado por caótico puede ser fuente de un orden más profundo y fértil que cualquier organización basada sobre voces de mando y dogma.
—Pocos se detienen a pensar en ello.
—Por eso mismo le propongo detenerse un momento a reflexionar, ya que no conocemos una cosa simplemente por padecerla en nuestra carne, sino cuando llegamos a entender de dónde nace.
—Y aun así se avanza con moralinas.
—Tienes derecho a exaltar tu corazón, tienes derecho a pensar que vales, tienes derecho a honrarte a ti mismo buscando la virtud. La moral es refractaria a todo sistema exterior de que si haces esto te castigo si haces esto te premio. Allí donde la ley obedece a una moral, la bramánica, la islámica, la cristiana, la de Wall Street, se hace sectaria. Y allí donde la moral pretende el apoyo de una ley se hace criminal, corrupta. La moral es la esfera interna, la ley es la esfera externa. Esta diferencia entre ley y moral y mantener la diferencia marca el nivel de civilización de una sociedad.
—También en vez de discursos hay exaltaciones.
—La moderación es la elegancia. La elegancia es moderación, y esta palabra viene de elegir.
—A pesar de las prohibiciones.
—Lo que se prohíbe cobra un valor, de autorrealización personal. La dignidad humana es su libertad y cada vez que algo te lo prohíben y tú no lo cumples estás haciendo un plus de libertad. Esa es la fascinación de lo prohibido. Es lo que se puede llamar la promoción indirecta.
—Toda esa libertad aparece tutelada desde el poder.
—La libertad, que en sus etapas iniciales llama a la insumisión, madura como sentimiento de goce ante ella misma.
—Una libertad buscadora de verdades.
—El camino conducente a la verdad interesa en medida infinitamente superior que una verdad u otra.
—A pesar de que el poder elija la otra verdad.
—La verdad se defiende sola, la mentira necesita ayuda del gobierno.
—Ante eso a este sistema le falta más humanidad.
—Genéricamente, el capitalismo necesita más a la democracia que la democracia al capitalismo.
—A pesar de ello dan mensajes intimidatorios.
—De la piel para dentro mando yo.
—Siempre que se sepa.
—Mi destino es la lucidez.




2 apostillas:

María dijo...

Me gusta muchísimo como se manifiesta aquí este hombre Escohotado, sin duda tiene razón cuando habla de la fascinación de lo prohibido y la promoción indirecta que supone al objeto de prohibición. Por eso siempre abogó no por la legalización de las drogas si no por la «derogación de su prohibición» algo muy diferente.

Muchas gracias por traernos esta charla aquí.
Un placer leer pensamientos de gente cuyo destino sea la lucidez .. sin duda es el tuyo.


Un beso grande y buenas noches.

Joselu dijo...

Sin duda la despenalización de las drogas abriría un tiempo diferente pero no sé si más esperanzador. Golpearía el terreno de las mafias traficantes y legalizaría su consumo y su distribución cualificada. Sin embargo, no olvidemos que el alcohol es una droga legal y cuyo consumo no deja de ser muy alto y en el cual se inician muchachos muy jóvenes, y ello unido al fuerte grado de alcoholización de sectores importantes de la sociedad. Su legalización crearía un tipo de sociedad nueva basada en el consumo de drogas por el que la gente diseñaría su forma de estar en el mundo: cocaína, heroína terapéuticamente controlada, éxtasis, anfetaminas, cannabis. El ser humano necesita para resistir la modernidad un cóctel de drogas que deberían ser legales o no penalizadas. De hecho hoy buena parte de la sociedad toma tranquizantes y antidepresivos para poder soportar esto. la más avanzada y sofisticada sociedad desde el comienzo de los tiempos.