Un nuevo narcicismo

4.11.10



El espejo de las redes sociales, la predisposición de las tecnologías para que podamos con mayor facilidad atrapar y transmitir fragmentos de nuestra experiencia, cada vez más numerosos y más pequeños, tan cercanos como sea posible al momento en el que ocurren, a través de los teléfonos móviles donde quienes los manipulan trasfieren fotos o mensajes, han enaltecido un nuevo narcicismo. Es lo que Nicholas Carr califica en designar «monologistas del yo» y que no es algo muy diferente a lo que hacía Narciso en el estanque, un parloteo continuo con su yo.



7 apostillas:

Woman on line/ Woman off line dijo...

Cierto, muy cierto. Hemos pasado de leer a los clásicos, a leernos a nosotros mismos. La ceguera de narciso: verse solo a si mismo.

María dijo...

Tienes tooooda la razón Francisco,
pero no sólo con el móvil. Mira, el otro día observaba lo que hacía mi hija y unas amigas suyas en le Tuenti, todo se reducía a pasar, etiquetar y comentar fotos de ellas mismas...

Giramos tantísimo sobre nuestro yo, que además de medio mareados, olvidamos que estamos rodeados de tus, vosotros y ellos...


Muchos besos y felices sueños Francisco

Juan Poz dijo...

Eso será para los que tengan la suerte de tener un yo, ¿no? ¿Por qué, si no, iba a decir Píndaro aquello tan inteligente de "llega a ser quien eres"?

Ignacio Reiva dijo...

Creo que es una nueva forma de mostrar el viejo narcisismo, pero es más vacío el individuo y eso lo hace más peligroso. Además convengamos de que los estándares de belleza han sido manipulados y en la mayoría de los casos ese amor propio y desmedido está injustificado. Un gran abrazo.

Tautina Humilde dijo...

Fíjate que yo pienso todo lo contrario. Que esta conducta compulsiva es taxativa a la falta de autoestima y a una gran necesidad de aceptación por parte de los demás.
Creo que todos los seres humanos requerimos del reconocimiento y la aceptación de los semejantes. Si nos bastásemos solos para gustarnos, las redes sociales morirían de inanición.
Por otro lado, es lícito gustarse a uno mismo, casi diría que saludable. ¿No crees?

Nuria Barea dijo...

Eso no es nada nuevo. Y no me extraña.

Joselu dijo...

Un red mundial de yoes (imbuidos de narcisismo tal vez) que buscan vínculos de comunicación con otros yoes donde predomina la función fática. Esta apoteosis del yo puede expresar su absoluta fragilidad y dislocación. No llego a imaginar cómo serán las relaciones humanas de aquí a veinte, cincuenta, cien años, por decir algo. Si lo de ahora nos desconcierta, el futuro tiene que ser portentoso y espeluznante a la vez.